18/Apr/2024
Editoriales

Julio 20 de 1868: muere a las 7 de la noche con 37 años cumplidos, en el antiguo Hospital González de Monterrey, el coronel republicano Ruperto Martínez.

Julio 20 de 1868: muere a las 7 de la noche con 37 años cumplidos, en el antiguo Hospital González de Monterrey, el coronel republicano Ruperto Martí­nez. Ruperto Martí­nez Lozano (Ruperto Martí­nez Montemayor) nació el 16 de mayo de 1831, en la hacienda Santa Teresa de las Higueras, y serí­a un valiente militar, que lucharí­a contra los invasores franceses, bajo el mando de Mariano Escobedo.

Hijo de Dionisio Martí­nez y Juliana Lozano (Montemayor), sufre de niño la orfandad al morir su padre a manos de los comanches en "Derramadero", inmediato a Higueras. Queda a partir de los doce años de edad como jefe de familia, pues su atribulada madre y sus hermanitos Evaristo, Silverio, Félix, Margarito y José Encarnación, sobreviví­an pidiendo comida a los vecinos. Trabaja desde muy joven como caballerango y llega a ser el administrador de las propiedades de Santiago Vidaurri en la Mesa de Cartujanos, municipio de Lampazos.

A los 25 años ya era soldado vidaurrista apoyándolo por diez años en sus luchas y ansias de controlar Nuevo León y el noreste mexicano, pero al ver que su jefe se rendí­a ante las bayonetas de Francia, le pidió permiso de volver a su pueblo, con su familia. El caudillo no quiso y lo declaró desleal, ordenando al coronel Julián Quiroga que le castigara, así­ que éste, formó una columna con cien hombres y mandó a aprehenderlo. Al saberlo, el comandante Martí­nez se emboscó en la Loma de los Cerritos, con 30 hombres valientes que lo siguieron, y en menos que canta un gallo detuvo a los que iban a detenerlo. Así­ se inscribe militarmente a las tropas de la República, y el régimen de Benito Juárez.

El 7 de febrero de 1865, Ruperto Martí­nez se pone a las órdenes de Mariano Escobedo, y cuando el ministro de guerra y general Negrete, se posesiona de Monterrey el 12 de abril, encontró que la plaza estaba en manos de Martí­nez, quien la habí­a capturado cuando escapaban al puerto del H. Matamoros los imperialistas López y Olvera. Fundó en ese mismo año 1865 el cuerpo militar llamado Los Rifleros de Nuevo León, con 300 hombres a su cargo.

A partir de ese momento, Ruperto Martí­nez se convierte en el audaz teniente coronel de caballerí­a que increí­blemente se apodera de Catorce, SLP; y Dr. Arroyo, NL; amaga Cerralvo combatiendo a los franceses Saussier y Tucé en Charco Redondo (hoy Melchor Ocampo) y la villa de Guadalupe (hoy ciudad Guadalupe) para que Escobedo triunfe en Santa Gertrudis, pues aquellos no llegaron a tiempo a reforzar a los invasores. Lo nombran jefe de la extrema vanguardia del Cuerpo del ejército del norte, apoderándose de Monterrey, el 26 de julio; de Saltillo, el 5 de agosto; de Matamoros, el 30 de noviembre y trasciende a la historia de México participando en forma activí­sima en las victorias de San Jacinto y Querétaro (fue el responsable de la lí­nea del norte), con el epí­logo del Cerro de las Campanas, el 19 de julio de 1867. De vuelta en Higueras, con su esposa Abrahana Treviño y sus hijos José H., Porfiria, Filomena, Jesús Marí­a, Ignacio, y Francisca, de pronto se sintió enfermo de gravedad y muere en Monterrey. Al desaparecer el panteón municipal número 3, desaparece su tumba. Una de las más transitadas calles del centro de monterrey, lleva su nombre.