07/May/2024
Editoriales

Es un imbécil!

Todos nos hemos referido a alguna persona con la que reñimos o al menos descalificamos con la palabra ‘Imbécil’. Con ello le queremos decir tonto o falto de inteligencia, pues eso significa según la Real Academia Española. Por imbecilidad aceptamos que es una característica de quien no razona adecuadamente de acuerdo a la circunstancia que vive, o no actúa como debiera, teniendo todo para hacerlo. 

Sin embargo, no siempre significó lo mismo, pues el término Imbécil viene del latín imbecillis, una palabra formada con el prefijo in –antepuesto a bacillum, origen de la palabra bacilo- que es diminutivo de baculum (bastón). Es decir imbecillis significa literalmente sin-bastón, y decirle imbecillis a una persona no era algo negativo, tan solo significaba frágil, débil, vulnerable, sin carácter o acaso pusilánime. Pero en 1524 llegó Imbécil al idioma castellano como una palabra aguda hasta que en 1822 se introdujo al diccionario de la Real Academia Española con el actual significado. Aunque hay textos antiguos en los que se ve claramente que los romanos ya la usaban como ‘debilidad de espíritu’. Y si consultamos a la ciencia de la psicología, nos encontraremos que Imbecilidad es un grado de debilidad mental de menor gravedad que la idiotez, pero mayor que la insuficiencia mental leve.

Así que al decirle Imbécil a alguien le estamos diciendo que su mente es débil pero que si continúa actuando así, lo podríamos ascender a Idiota, que es lo mismo pero más intenso. ¿Se le ocurre un nombre para decirle Imbécil? Trate de no expresarlo, en todo caso mejor espere a que dé el siguiente paso.