26/Apr/2024
Editoriales

Julio 20 de 1868: muere a las 7 de la noche con 37 años cumplidos, en el antiguo Hospital González de Monterrey, el coronel republicano Ruperto Martínez

Julio 20 de 1868: muere a las 7 de la noche con 37 años cumplidos, en el antiguo Hospital González de Monterrey, el coronel republicano Ruperto Martí­nez. Ruperto Martí­nez Lozano (Ruperto Martí­nez Montemayor) nació el 16 de mayo de 1831, en la hacienda Santa Teresa de las Higueras, y serí­a un valiente militar, que lucharí­a contra los invasores franceses, bajo el mando de Mariano Escobedo.

Hijo de Dionisio Martí­nez y Juliana Lozano (Montemayor), sufre de niño la orfandad al morir su padre a manos de los comanches en "Derramadero", inmediato a Higueras. Queda a partir de los doce años de edad como jefe de familia, pues su atribulada madre y sus hermanitos Evaristo, Silverio, Félix, Margarito y José Encarnación, sobreviví­an pidiendo comida a los vecinos. Trabaja desde muy joven como caballerango y llega a ser el administrador de las propiedades de Santiago Vidaurri en la Mesa de Cartujanos, municipio de Lampazos.

A los 25 años ya era soldado vidaurrista apoyándolo por diez años en sus luchas y ansias de controlar Nuevo León y el noreste mexicano, pero al ver que su jefe se rendí­a ante las bayonetas de Francia, le pidió permiso de volver a su pueblo, con su familia. El caudillo no quiso y lo declaró desleal, ordenando al coronel Julián Quiroga que le castigara, así­ que éste, formó una columna con cien hombres y mandó a aprehenderlo. Al saberlo, el comandante Martí­nez se emboscó en la Loma de los Cerritos, con 30 hombres valientes que lo siguieron, y en menos que canta un gallo detuvo a los que iban a detenerlo.

Así­ se inscribe militarmente a las tropas de la República, y el régimen de Benito Juárez. El 7 de febrero de 1865, Ruperto Martí­nez se pone a las órdenes de Mariano Escobedo, y cuando el ministro de guerra y general Negrete, se posesiona de Monterrey el 12 de abril, encontró que la plaza estaba en manos de Martí­nez, quien la habí­a capturado cuando escapaban al puerto del H. Matamoros los imperialistas López y Olvera. Fundó en ese mismo año 1865 el cuerpo militar llamado Los Rifleros de Nuevo León, con 300 hombres a su cargo.

A partir de ese momento, Ruperto Martí­nez se convierte en el audaz teniente coronel de caballerí­a que increí­blemente se apodera de Catorce, SLP; y Dr. Arroyo, NL; amaga Cerralvo combatiendo a los franceses Saussier y Tucé en Charco Redondo (hoy Melchor Ocampo) y la villa de Guadalupe (hoy ciudad Guadalupe) para que Escobedo triunfe en Santa Gertrudis, pues aquellos no llegaron a tiempo a reforzar a los invasores. Lo nombran jefe de la extrema vanguardia del Cuerpo del ejército del norte, apoderándose de Monterrey, el 26 de julio; de Saltillo, el 5 de agosto; de Matamoros, el 30 de noviembre y trasciende a la historia de México participando en forma activí­sima en las victorias de San Jacinto y Querétaro (fue el responsable de la lí­nea del norte), con el epí­logo del Cerro de las Campanas, el 19 de julio de 1867. De vuelta en Higueras, con su esposa Abrahana Treviño y sus hijos José H., Porfiria, Filomena, Jesús Marí­a, Ignacio, y Francisca, de pronto se sintió enfermo de gravedad y murió en Monterrey. Las malas noticias continuaron pues en el proceso de reubicación del panteón municipal número 3, desapareció su tumba. En su memoria, una de las más transitadas calles del centro de monterrey, lleva su nombre.