Editoriales

La Inquisición

Las cortes españolas disolvieron el 22 de febrero de 1813 a La Inquisición, temida institución que dejó huella histórica en todas las Españas del mundo. En La Nueva España, dicho decreto fue promulgado de inmediato –el 8 de junio de ese año- porque el virreinato estaba harto preocupado por la insurgencia que había iniciado Miguel Hidalgo y que en ese momento dirigía José María Morelos. Su desaparición daba un respiro a los novohispanos, y era un punto a favor de la corona española.

Pero al volver el absolutismo a España con el regreso de Fernando VII, lo primero que hizo este monarca fue revocar la existencia de las cortes y la constitución de Cádiz.

Esto derivó en la reinstalación de La Inquisición, que ahora ya no perseguía los pecados de la fe, sino a los rebeldes que luchaban contra la corona. Sin embargo, 5 años después, en 1820, hubo otro golpe de timón y España regresó al constitucionalismo derogando lo acordado anteriormente. Así que el 31 de mayo de 1820 se abolió definitivamente la odiada Inquisición. Aunque ya no era tiempo de ganar simpatías pues al año siguiente, México culminaba su independencia convertiéndose en El Imperio Mexicano, con Agustín I de emperador, quien desde luego, lo último que pensaría era en restablecer semejante máquina de persecución religiosa y política.