Los analistas políticos o "grillologos" de nuestro estado y a nivel nacional así como también los líderes del PRI y el PAN y algunos dirigentes "ciudadanos" de algunas de las tantas ONGs, vienen comentando sobre "el desmoronamiento del gobierno de El Bronco, es decir, el de Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo León.
Hablan de la reciente renuncia de Miguel Treviño, una de las "estrellas" de las ONGs patrocinadas por los grupo empresariales de la oligarquía del estado, y le suman además las otras 4 renuncias anteriores, entre ellas la de Verónica Sada una diputada panista convertida en "independiente", para terminar diciendo que el gobierno se desmorona por el "choque entre dos fuerzas; Una inmaculada y virtuosa encabezada por Fernando Elizondo que buscan la "rendición de cuentas" y la "trasparencia para acabar con la corrupción y, por el otro lado, una facción de políticos tradicionales y corruptos que encabezaría el secretario de gobierno Manuel González y/o el procurador . Sin embargo, ninguno de esos sesudos "grilloogos" toman para nada en cuenta la realidad del ahorcamiento financiero del gobierno de El Bronco por el peso de la deuda de más de 100 mil millones de pesos, la reducción de los recursos por los recortes ordenados por la SHCP desde el año pasado y por la caída de sus propios ingresos como resultado del estancamiento de la economía en el estado.
En ese contexto de estrangulamiento financiero, la corriente de Fernando Elizondo quiere priorizar el pago de la deuda y los negocios con sus amigos de la oligarquía. Los otros grupos quieren la continuidad de las funciones del gobierno y su expansión porque ahí es donde están sus intereses y sus posibilidades políticas en el futuro. Se trata de una confrontación no entre dos hipotéticos gladiadores uno apodado "el decente" y el otro "el mañoso", sino entre dos fuerzas disputándose un gobierno en bancarrota y sin recursos.