Joe Biden y su homólogo chino, Xi Jinping , han hablado en su primera llamada telefónica durante siete meses, en medio de las continuas tensiones entre las dos economías más grandes del mundo.
Durante la llamada de 90 minutos, que fue iniciada por el presidente de Estados Unidos, los dos líderes discutieron su responsabilidad compartida para garantizar que la competencia no "se convierta en conflicto", según una lectura de la Casa Blanca.
El comunicado dijo que los dos líderes tuvieron “una discusión amplia y estratégica” que incluyó “áreas donde nuestros intereses convergen y áreas donde nuestros intereses, valores y perspectivas divergen”.
Dijo que Biden y Xi acordaron participar "abierta y directamente".
"Esta discusión, como dejó en claro el presidente Biden, fue parte del esfuerzo continuo de Estados Unidos para gestionar responsablemente la competencia entre Estados Unidos y la República Popular China", dijo el comunicado.
Una lectura en chino dijo que la conversación fue sincera y profunda. “Que China y Estados Unidos puedan manejar bien su relación influye en el futuro del mundo. Es una cuestión del siglo a la que los dos países deben dar una buena respuesta ”, dijo Xi, según la lectura.
Xi permitió a sus funcionarios trabajar con sus homólogos estadounidenses para "continuar su compromiso y diálogo para avanzar en la coordinación y cooperación" sobre la emergencia climática, la respuesta al Covid-19 y la recuperación económica, así como sobre importantes problemas internacionales y regionales, pero agregó que deberían ser “sobre la base de respetar las preocupaciones fundamentales de los demás”.
Los analistas en Washington dijeron que ha habido una frustración constante en Estados Unidos porque los esfuerzos por encontrar un terreno común hasta ahora han sido infructuosos. Dijeron que la creciente agresión de China en el Mar de China Meridional y el estrecho de Taiwán, y la creciente presencia de Estados Unidos y su mayor apoyo a Taiwán, también habían aumentado las preocupaciones sobre la perspectiva de un conflicto.
China, por su parte, acusó a Estados Unidos de interferir en sus asuntos internos politizando temas como Hong Kong y Xinjiang, ambos territorios de China. Algunos comentaristas chinos llegaron a sugerir que Estados Unidos estaba intentando contener a China.
Los recientes esfuerzos para mejorar las relaciones se han estancado. La semana pasada, John Kerry se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi. Kerry dijo a los periodistas que había instado a Wang y a la delegación china a hacer más sobre la crisis climática, que era más importante que la política.
Wang, sin embargo, respondió que la cooperación climática bilateral "no puede separarse del entorno más amplio de las relaciones entre China y Estados Unidos" y que Washington debería "dejar de ver a China como una amenaza y un rival" y "dejar de contener y reprimir a China en todo el mundo". ”.
Añadió que Estados Unidos veía los esfuerzos conjuntos de las dos partes contra el calentamiento global como un oasis. “Pero alrededor del oasis hay un desierto, y el oasis podría quedar desertificado muy pronto”, dijo.
Los dos líderes también discutieron el tema de la emergencia climática en su última llamada. La lectura china dijo que Beijing había "tomado la iniciativa de asumir activamente las responsabilidades internacionales acordes con las condiciones nacionales de China".
