26/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 29 de 1829: Nace en Ciénega de Flores Julián Quiroga Villarreal, quien sería un consumado militar. Hijo de Cirilo Quiroga y Gertrudis Villarreal, quienes le bautizaron conforme a su reliigión católica en la parroquia de Salinas Victoria a menos de una semana de nacido. Julián Quiroga sintió vocación por las armas desde que tuvo uso de razón, y así fue que siempre participó en los encuentros contra los ataques de las tribus indias de la región que atacaban a los poblados de colonos españoles. Inició formalmente su vida militar en la Guardia Nacional del Estado, en tiempos de la revolución de Ayutla, y después en la Guerra de Reforma.

A los treinta años de edad participó con tal entrega y valor en la campaña al interior del país junto a Ignacio Zaragoza, que éste último lo definió como “Quiroga es la historia misma de nuestra campaña”. Luego se vino la guerra de invasión francesa, donde también participó exitosamente, y por su desempeño fue nombrado coronel en enero de 1862. De los grandes generales formados en Nuevo León por Santiago Vidaurri, como Zaragoza, Escobedo, Aramberri, Zuazua y Quiroga, sólo estos dos últimos permanecieron a su lado cuando hubo el rompimiento con los mandos militares del gobierno republicano. Luego sobrevino la muerte de Zuazua, por lo que Quiroga se convirtió en el brazo militar de Vidaurri.

La guerra contra Francia continuaba y las decisiones tomadas modificaban los grupos, y como era de esperarse, luego de los diferendos entre el gobernador Vidaurri y el presidente Juárez, por varios motivos, especialmente por el producto de la Aduana de Piedras Negras, rompen, y Quiroga sigue siendo leal a Vidaurri, y es por ese tiempo cuando corrió la especie de que era hijo natural del gobernador de Nuevo León y Coahuila. Vidaurri suscribe un texto en Salinas Victoria en abril de 1865 donde declara que a partir de ese momento se adhería al Imperio de Maximiliano, y Quiroga hace lo propio, con lo que ambos quedaban fuera de la ley. Sin embargo, en 1866 el Imperio le dio a Quiroga la Orden de Guadalupe, y en 1867 fue ascendido a general de brigada, por Nicolás de la Portilla, Ministro de Guerra del Imperio. Pero las condiciones políticas le impedían operar su cargo así que se fue a Laredo Texas, refugiándose en casa de Santos Benavides, donde estuvo hasta 1870 que acepta la amnistía lanzada por Benito Juárez, pero en 1871 se sumó al movimiento de Jerónimo Treviño y Francisco Naranjo en contra de Juárez dentro de la Revolución de la Noria que convocó Porfirio Díaz. Posteriormente a la muerte de Juárez, se sumó al presidente Lerdo de Tejada y peleó en 1876 contra el plan de Tuxtepec y de su impulsor Porfirio Díaz. Por cierto, es famosa la batalla de Quiroga contra Porfirio Díaz en Icamole, el 20 de mayo de 1876, pues de ahí derivó el mote de “El llorón de Icamole” del oaxaqueño que salió derrotado por el de Ciénega de Flores, y el general Carlos Fuero.  

Al triunfo de la rebelión de Tuxtepec, en 1877 Quiroga fue preso por apoyar a Lerdo de Tejada, y asesinar a Múzquiz y a Fermín Gutiérrez. Consignado ante las autoridades que encabezaba el teniente cronel José María Mier, fue condenado a muerte y fusilado en 11 de enero de 1877 en el extremo sur de la calle del Puente Nuevo (hoy calle de Zuazua), en Monterrey. Sus restos fueron llevados a su rancho El Barranco, en Salinas Victoria.