Internacional

China defiende su historial comercial, promete apertura

BEIJING  — El gobierno de China defendió el jueves su historial comercial en un nuevo esfuerzo para disipar la presión de Estados Unidos y Europa sobre el acceso al mercado y la tecnología.

Un informe del gabinete chino reiteró sus promesas de recortar algunos aranceles y facilitar los controles de inversión. No atendió las quejas de que Beijing obstaculiza el acceso a industrias prometedoras y de que los planes para desarrollar competidores tecnológicos globales chinos en automóviles eléctricos y otras industrias violan sus compromisos de libre comercio.

El presidente Donald Trump ha amenazado con alzas arancelarias de hasta 450.000 millones de dólares a las importaciones chinas en una disputa sobre esos planes. Beijing ha tratado de reclutar a Europa como aliada, pero también enfrenta las quejas de Alemania y otros gobiernos sobre los controles de inversión.

El informe dice que “China ha cumplido con su responsabilidad como un país importante”.

En una conferencia de prensa, el viceministro de Comercio chino Wang Shouwen declaró que el crecimiento económico de su país “le ha facilitado extraordinarias oportunidades a países de todo el mundo”.

El informe subraya el contraste entre las insistencias chinas de que cumple con sus obligaciones de libre comercio, realizadas cuando se integró a la Organización Mundial de Comercio en el 2001, y los argumentos de Estados Unidos, Europa y otros de que está obstruyendo el acceso a sus industrias emergentes y de que presiona a las empresas extranjeras a compartir sus tecnologías.

Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de que Estados Unidos restrinja las inversiones chinas en su sector tecnológico, Wang expresó: “Esperamos que los países relevantes hagan lo correcto y adopten políticas que apoyen el libre comercio y las inversiones”.

El informe emitido el jueves es el más reciente intento del gobierno chino por eludir las presiones sobre sus planes de desarrollo al enfatizar los beneficios de comerciar con la segunda economía más grande del mundo.

Estados Unidos y otros países denuncian que el surgimiento de China como competidor en las áreas de teléfonos celulares, paneles solares y otras tecnologías implica que ya no debería seguir recibiendo las protecciones que se le dieron como país en desarrollo cuando se integró a la OMC.

Beijing ha ofrecido reducir su déficit comercial con Estados Unidos pero ha resistido las presiones de modificar su estrategia de desarrollo industrial a largo plazo, que el régimen comunista considera indispensable para afianzar su influencia política y prosperidad económica.