20/Apr/2024
Editoriales

Septiembre 1º de 2003: muere en su casa de Garza García, el artista Eulalio González Ramírez "Piporro".

Septiembre 1º de 2003: muere en su casa de Garza Garcí­a, el artista Eulalio González Ramí­rez "Piporro". Nació en Herreras, Nuevo León, el 16 de diciembre de 1921, en el hogar de Pablo González Barrera y Elvira Ramí­rez, quienes identificaron desde niño que Eulalio tení­a facultades especiales para el arte popular, pues cantaba y arreglaba melodí­as musicales que escuchaba en alguna reunión o en la radio.

Como su padre era empleado aduanal, cambiaba seguido de domicilio, por lo que Eulalio pasara casi toda su niñez en las poblaciones de la frontera de México – Estados Unidos. Estudió en Monterrey el bachillerato de Medicina pero se cambió a estudiar contadurí­a, carrera que terminó aunque nunca la ejerció, pues se inclinaba abiertamente al periodismo.

Se desempeñó como reportero y estenógrafo en El Porvenir, y comenzó a dar una nota diaria para la estación de radio XEMR, hasta que en 1942 se convirtió en locutor de todas las especialidades, desde nota polí­tica, roja y deportiva. De ahí­ pasó a la XEFB y la XEQ, estación que lo proyecta al centro de México pues uno de sus programas es retransmitido por la XEW. En 1944 se va a vivir a la ciudad de México en donde –gracias a Pedro Infante a quien conoció en una visita que hizo a Monterrey- consigue ser actor en una radionovela de la XEW, y en cinco años hace una audición para interpretar al personaje "Piporro" en la serie "Ahí­ viene Martí­n Corona" de la XEQ, cuyo personaje principal era interpretado por Pedro Infante. Lalo González se apropió del mote "El Piporro" para siempre.

La versión cinematográfica de esa serie radiofónica llevaba desde luego a Piporro como segundo del elenco, pues Pedro Infante era su padrino y mecenas artí­stico. Así­ que le acompañó como su segundo en otras pelí­culas como Cuidado con el amor, Escuela de música y Los Gavilanes en 1956. Pero Lalo González traí­a dentro de sí­, talentos enormes, que proyectaba hasta en la caricatura, actividad que practicaba pero que nunca se dedicó a ella por falta de tiempo. Su talento para componer melodí­as era muy grande, y su capacidad de interpretación, única. Su famosa canción El Taconazo le proyectó como el prototipo del norteño, y con aquella asombrosa facilidad para improvisar chistes en medio de sus canciones, ridiculizando al personaje que él mismo creaba, era un espectáculo digno de cualquier teatro.

Su grito de "Ajúa" y su referencia de llamarle "raza" al público y a sus amigos, caló hondo en la cultura norestense al grado de convertirse ambos términos en parte del léxico popular en los estados del norte de la república y en el sur de Estados Unidos. Autor de un centenar de canciones como Chulas Fronteras, El ojo de vidrio, Agustí­n Jaime, Melitón el abusón, El terror de la frontera y muchas más que fueron éxitos gigantescos en ventas y repetidas en todas partes, no sólo entre los cómicos y cantantes regionales de la época, sino de muchas personas en su hogar.

Una vez dado a conocer por Pedro Infante en Ahí­ viene Martí­n Corona, Piporro estelarizó pelí­culas como Espaldas mojadas que recibió un Ariel, y en 1969 escribió, dirigió y actuó en la cinta El Pocho, que le valió el premio de La Diosa de Plata. Cintas como El Rey del tomate, Las Cenizas del Diputado y otras, atestaban de gente las salas cinematográficas. Su última pelí­cula fue Ni Parientes Somos, en 1990 donde aparecen junto a él el grupo musical Los Tigres del Norte. Muere en Garza Garcí­a, Nuevo León, el 1 de septiembre de 2003. Tuve la fortuna de tratarlo en sus últimos años, gracias a un compadre que era su pariente. Le entregamos El primer Trofeo Regio en el año2000. En serio que nunca olvidaré sus conversaciones que denotaban una inteligencia brutal y desde luego, aderezadas con su fino sentido del humor. Piporro es, desde mi punto de vista, el artista popular más trascendente que hemos tenido en Nuevo León.