27/Apr/2024
Editoriales

El dilema de México: elecciones democráticas o el riesgo de una dictadura

Recientemente, la periodista de renombre Beatriz Pagés fue invitada de honor en el Café Político, donde compartió sus conclusiones sobre las elecciones en los estados de Coahuila y Estado de México, así como algunas tendencias políticas que vislumbra para nuestro país, basándose en su aguda percepción política.

 Una de las conclusiones destacadas fue su advertencia de que si como sociedad no abordamos el conformismo y el abstencionismo en las próximas elecciones, el destino de México corre peligro. Dependerá de los mexicanos decidir si elegimos el camino de la democracia o nos resignamos a vivir bajo una dictadura. Así de grave se presenta nuestro futuro si descuidamos la participación ciudadana en los próximos comicios.

 Las cifras del abstencionismo son alarmantes. En el Estado de México, menos de la mitad de los ciudadanos inscritos en la Lista Nominal de Electores acudió a votar. De esos votantes, más de tres millones respaldaron a la candidata de MORENA, lo que significa que solo uno de cada cuatro posibles electores en la entidad votó por la candidata Delfina Gómez. Como mencionó Beatriz Pagés en su interesante charla, en realidad, en ese estado no ganó Morena; el verdadero ganador fue el abstencionismo.

 ¿Qué nos lleva a reflexionar sobre esto? Con tan poca participación ciudadana y una intervención abrumadora del aparato gubernamental en las elecciones, especialmente en las que se llevarán a cabo en junio de 2024, podríamos terminar con un gobierno dictatorial, similar a lo ocurrido en Nicaragua y Venezuela, donde solo cuenta la voluntad del dictador. Sería un sistema sin elecciones o con elecciones manipuladas para asegurar la victoria del candidato del sistema, lo que llevaría a la desaparición de las instituciones que actúan como contrapeso al poder ejecutivo, así como de los organismos constitucionalmente autónomos encargados de regular y supervisar el trabajo de las dependencias del gobierno federal.

 Esto equivaldría a retroceder en México a la década de los cincuenta del siglo pasado. Sería como invitar al mundo a desinvertir en nuestro país y a los empresarios a trasladar sus cadenas de producción a lugares más seguros. No habría estabilidad económica, ya que el gobierno querría ser el único actor económico viable, pero un país sin empresas ni sistemas de producción no generaría los ingresos fiscales suficientes para sobrevivir.

 En conclusión, el dilema de México entre la democracia y la dictadura es una llamada urgente a la acción ciudadana. El riesgo de caer en un sistema autoritario se incrementa con el conformismo y el abstencionismo en las elecciones. 

 Es fundamental que reconozcamos la importancia de nuestra participación activa en la vida política de nuestro país. Sólo a través de una sociedad comprometida y vigilante podremos preservar y fortalecer nuestros principios democráticos, garantizando así un futuro prometedor para México, basado en la libertad, la justicia y el bienestar de todos.