23/Apr/2024
Editoriales

Conocer y aceptar nuestros propios límites

Leí que uno de los referentes espirituales modernos de la intelectualidad es Anselm Grun, un monje benedictino, que escribe cosas interesantes. Busqué algo de él y no encontré mucho, sólo un texto breve en el que nos describe a los actuales como seres adictos al trabajo, al consumo, al endeudamiento, al éxito y al poder. Se me hizo bueno su diagnóstico pues conlleva una crítica a nuestro actuar hoy día. Este señor dice que la mayoría vivimos bajo una exigencia desbordante porque no dejamos de compararnos con las capacidades de los demás. Nos exigimos según lo que otros han conseguido, y vivimos motivados por situaciones características que no son las nuestras, y que por tanto nos frustran. 

La única recomendación que le entendí es que debemos ponernos límites reconociendo nuestras capacidades, pero con humildad. Este último concepto se me hizo subjetivo pues creo que la medición que hagamos de nosotros mismos depende del momento en que la elaboremos, si estamos en plan optimista o pesimista, que a su vez depende de las circunstancias del momento.

En fin, pero este Grun dice que auto delimitarnos nos permite percibir nuestra propia persona y desarrollar armónicamente nuestra personalidad, sin sobre exigirnos, sin pretender ser o hacer aquello que no somos o que no nos corresponde en estos tiempos y circunstancias.

Me queda claro que si acotamos nuestros límites descubriremos nuestras fortalezas y debilidades reales, y es hasta ese momento cuando podemos tomar la decisión de si debemos quedarnos donde estamos o intentar superarnos, pero no en función de los demás, sino dependiendo de lo que queramos hacer el resto de nuestras vidas.