Internacional

Grandes nevadas bloquean tropas y dificultan la vida en Jersón

Un frío intenso y una nieve persistente despiden a un grupo de soldados rusos en la ciudad de Tver, a unos 180 kilómetros al noroeste de Moscú.

Van destinados al frente en Ucrania. Las imágenes difundidas por el Ministerio de Defensa ruso les muestran bien pertrechados mientras escuchan las palabras de una niña que alaba su patriotismo y espíritu de sacrificio por defender la vida de los civiles rusos en los territorios anexionados.

Tras esta breve ceremonia con música, banderas y la bendición de la Iglesia Ortodoxa les espera una guerra feroz con el duro invierno tanto en Rusia como en Ucrania como telón de fondo.

La nieve empieza a espesar en la región de Járkov, donde el ejército ucraniano reconquistó miles de kilómetros cuadrados a principios de septiembre. La moral de las tropas ucranianas es alta.

Lev, uno de los soldados de las Fuerzas Armadas ucranianas explica desde la trinchera: "Los rusos se desbocan de vez en cuando, pero nuestra artillería no les deja descansar. Tenemos nuestro propio sistema de reconocimiento aéreo durante los bombardeos, identificamos las posiciones desde las que disparan y hacemos que llueva fuego rápidamente sobre ellos."

Paradojas de la guerra: muchas de las armas que Rusia utilizó para invadir el país las abandonaron en su huida y ahora están en manos ucranianas y ahora apuntan directamente a posiciones rusas a espera de un relevo en el momento en que esperan el relevo tras semanas en el frente ucraniano.