24/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Junio 19 de 1995: Muere en la ciudad de México, el compositor de música vernácula Tomás Méndez Sosa. Nació el 25 de julio de 1926 en Fresnillo, Zacatecas, en el hogar formado por el minero Juan Méndez y María Sosa. Desde niño trabajaba en diversas casas de mandadero y de mozo, distinguiéndose por su buena memoria y facilidad de palabra. Trabajó en un hospital privado ayudando de todo, desde auxiliando a las enfermeras y asistiendo en el área de rayos X, como en el anfiteatro. Su vocación musical inició entonando alunas composiciones sin letra, sólo las silvaba. En edad para viajar, se fue a Ciudad Juárez donde conoció a Gabriel Gómez, quien después le grabaría un disco. Se trasladó al Distrito Federal donde se impactó con el santuario de Guadalupe y compuso la canción Ofrenda guadalupana, que fue interpretada por Lola Beltrán. Desde entonces no dejó de ir a la Basílica ni a los lugares con ambiente musical. Estando en un programa musical de la XEW conoció a Los Tres Diamantes, a quienes más tarde acompañaría en una gira por Estados Unidos y Cuba como maestro de ceremonias, para luego ser su secretario. Después conoció a Mariano Rivera Conde, Director Artístico de RCA, quien lo introdujo como compositor y recibió su primer anticipo de regalías, pues sus composiciones pronto fueron interpretadas por Miguel Aceves Mejía (El Aguacero), y conoció a más artistas como Lola Beltrán quien lo hizo su compositor de cabecera. Para 1952, ya tenía sus canciones en el pináculo: La luna dijo que no, Que me toquen las golondrinas, Tres días, Desafío, Gorrioncillo pecho amarillo, Huapango torero, llevando al mundo Cucurrucucú paloma. Entre sus intérpretes ya estaban Pedro Infante, Javier Solís, Lola Beltrán, Amalia Mendoza La tariácuri, Lucha Villa, Dolores Pradera y Miguel Aceves Mejía, que cantaban con mucho éxito: Puñalada trapera, El tren sin pasajeros, La muerte de un gallero, Paloma déjame ir, Golondrina presumida, Paloma negra, Suspenso infernal, El ramalazo, Bala perdida, El globero, No le temo a la muerte, Leña de pirul, y Laguna de pesares, entre muchas otras. Fue miembro del Consejo Directivo de la Sociedad de autores y Compositores, de diciembre de l985 hasta su fallecimiento. Tomás Méndez su infancia lo forjó para ser un hombre de lucha y sueños, y así superar los retos de la vida.