Tanto el congreso del estado como los organismos del sector privado han venido cuestionando, y con razón, al gobernador del estado Jaime Rodríguez Calderón por el deterioro de la seguridad en el estado durante los últimos meses. Todos ellos exigen, por ejemplo, mayor presencia de tropas del ejército y la marina, de la gendarmería o de la Policía Federal Preventiva.
Piden también mayor capacitación para policías civiles y mayor reclutamiento de estos, así como el reforzamiento de otras medidas de seguridad como el uso de diversas tecnologías de vigilancia y comunicación. Ni al congreso ni a los empresarios y su pómposo "semáforo del Delito", se les ha ocurrido mencionar, como causante de la crisis de seguridad en el estado, el deterior de la situación económica y mucho menos los bajos salarios e ingresos de la mayoría de los trabajadores del estado.
Tuvo que ser el Arzobispo Rogelio Cabrera el que pusiera los puntos sobre las iees. Señores empresarios, dijo, mejoren los salarios porque los bajos ingresos suelen ser una de las causas del delito. Claro, el Arzobispo cabrera también pido al gobierno cumplir su papel de preservar la seguridad con los cuerpos policiacos. La del Arzobispo es sin duda la voz más sensata que se ha escuchado en estos días.