30/Apr/2024
Editoriales

Las instalaciones militares de Monterrey, quinta parte

El 1º de Marzo de 1854 en Ayutla, Guerrero, Juan Álvarez e Ignacio Comonfort se alzaron en armas contra Antonio López de Santa Anna, y rápidamente fueron secundados en el Centro, Sur y Occidente del país.

 

Porque durante su dictadura 1853-1855, Santa Anna perdió popularidad hasta entre los militares, aunque un buen número de tropas le seguían siendo leales. Pero la población lo repudiaba, pues la venta del territorio de La Mesilla fue la gota que derramó el vaso de agua.

 

Nuevo León fue uno de los últimos Departamentos  en oponérsele a Su Alteza Serenísima, pues gobernaban el cubano Jerónimo Cardona, leal santannista -antiguo iturbidista- y el secretario de gobierno, Santiago Vidaurri.

 

El Plan Restaurador de la Libertad

Pero ante el descontrol político, el 11 de mayo  de 1855 Vidaurri dejó su puesto de Secretario de Gobierno y se trasladó a su tierra Lampazos. Lo acompañaron Simón de la Garza Melo e Ignacio Galindo, quienes redactaron el llamado Plan de Monterrey o Plan Restaurador de la Libertad.

 

Se suma Rafael Ugartechea a Vidaurri

Con ese proyecto político bajo el brazo, Vidaurri organizó un ejército con los “comancheros” lampacenses, comandado por Juan Zuazua. Así, acompañado por Zuazua, Garza Melo y Galindo, Vidaurri partió a Salinas Victoria, y Cardona reaccionó enviando al teniente Rafael Ugartechea con la mayor parte del ejército nacional de línea destacamentado en Monterrey a atajarlo. Sin embargo, Ugartechea se unió a Vidaurri, y juntos marcharon a Salinas Victoria acampando en el monte.

 

Utiliza el gobernador Cardona las instalaciones militares de Ampudia

Temiendo un ataque de sus ex lugartenientes Vidaurri y Ugartechea, Cardona apostó las tropas que le quedaban en las instalaciones militares construidas o reparadas por Ampudia unos años antes, que ya enumeramos en el texto anterior: El Fortín al norte del Obispado, Fortín al noroeste de la Ciudad, La Ciudadela, La Muralla, Las Tenerías, Fortín del Diablo, Fortín de Guadalupe, Flecha de la Purísima y el Fuerte del Puente Nacional. 

 

Adicionalmente, Cardona fortificó el Obispado y la Plaza de Armas, mientras él se acuartelaba en el Palacio Municipal, hoy Museo Metropolitano de Monterrey.

 

Toma Vidaurri a sangre y fuego Monterrey, aplastando a Cardona

Vidaurri se fue sobre Monterrey el 23 de mayo de 1855 y, en vez de enfrentamientos, conforme iba avanzando se le unían las tropas de Cardona. Al final, Zuazua llegó al centro de la Ciudad, tomó las azoteas de las casas cercanas a la Plaza de Armas, y en breve escaramuza hubo unos 15 muertos y 25 heridos. Derrotado, Cardona consiguió que Vidaurri le permitiera refugiarse en la casa del vicecónsul español, quien le concedió un salvoconducto para regresar al centro de la República con Santa Anna. 

 

Finalmente Santa Anna huye rumbo a su Hacienda de Jamaica

Este mismo fenómeno sucedió en todo el país, hasta que Santa Anna reconoció que la revolución de Ayutla era invencible, y mejor abandonó el país, rumbo a una Hacienda que tenía en Jamaica.

 

Con sus dos importantes participaciones creció la figura del diputado constituyente de 1856 – 1857 Simón de la Garza Melo. Y más porque se acreditó como uno de los artífices para conseguir la unión de Coahuila con Nuevo León en un solo estado.

 

Inicia la Guerra de Reforma

Sin embargo, esa Constitución de 1857, laica, liberal y que eliminaba los fueros militares y religiosos, provocó que el grupo conservador encabezado por Miguel Miramón y Félix Zuloaga se alzaran contra el gobierno liberal de Juárez en la Guerra de Reforma o de los Tres Años, que se desarrolló principalmente entre la ciudad de Veracruz y la Capital de la República. 

 

En el estado de Nuevo León y Coahuila no hubo acciones militares de consideración durante la Guerra de Reforma; sin embargo grandes militares nuevoleocoahuilenses participaron en esta guerra como Jerónimo Treviño, Manuel Z. Gómez, Juan Zuazua, Jesús Carranza Neira (Padre de Venustiano Carranza), Andrés Viesca, y otros.

 

Aunque así como muchos nuevoleocoahuilenses acudieron con patriotismo a los combates, también hubo otros que desertaron:

 

“INDICE DE CORRESPONDENCIA OFICIAL DEL GOBIERNO DE NUEVO LEON Y COAHUILA DEL MES DE FEBRERO DE 1859 RECIBIDA POR EL YLUSTRE AYUNTAMIENTO Y JUZGADO 1°… 3.- Circular de la secretaria de gobierno en que remite por orden superior la lista que constan los soldados que han desertado de la fuerza de esta ciudad. y como ya prevenido los mande perseguir empeñosamente y aprehenderlos y los ponga a disposición del comandante militar. Monterrey 12 de febrero de 1859, firma Ignacio Galindo 4.- Lista de desertores que ha tenido la fuerza que salió a campaña procedente de esta capital : Francisco Molano , Silverio Granados, Antonio Cadena Herculano Ortega y Cecilio Martínez. 12 de febrero de 1859”

 

Las instalaciones militares de Vidaurri

Las principales instalaciones militares de Vidaurri fueron el Nuevo Hospital (Colegio Civil), llamado en ese tiempo Cuartel Iturbide, que fue totalmente remodelado, pues se le construyeron torreones, espiaderos; se ampliaron los corrales y se colocaron  nidos de ametralladora. La Ciudadela también fue remodelada se artilló con cañones más modernos, adquiridos en Estados Unidos.

 

Ante la insuficiencia de cupo, se autorizaba que los soldados durmieran en casa

 

Aún así, los cuarteles regiomontanos eran insuficientes para alojar la tropa y a algunos soldados se los permitía dormir en sus casas. Aquí el ejemplo de un acuartelado en Guadalupe, que incumplió con sus obligaciones y se mandó volver al cuartel.

 

“Correspondencia del Comandante Local de Guadalupe, dirigida al Alcalde 1º de Monterrey, mencionando que el soldado ya encuartelado Manuel Arévalo, se le permitió dormir en una casa a préstamo pero como abuso de la confianza, se cree que se encuentre en su ciudad, por lo que pido su pronta búsqueda. Firma y rúbrica de Mariano de la Garza y Sepúlveda.”

 

Vidaurri compraba en Estados Unidos armas y municiones 

para el ejército reformista de Juárez y la República.

 

Estando el gobierno federal de Juárez refugiado en Veracruz; la tesorería de la nación estaba en  posesión del gobierno conservador dirigido por Félix Zuloaga, por lo que Juárez no tenía recursos y la paga de los soldados de los gobiernos liberales era cubierta por los estados leales al movimiento liberal:

 

“Circular. núm. 15 del estado de Nuevo León y Coahuila. Dispone el gobernador que el alcalde 1° de esta capital mande una persona para que reciba en la tesorería de estado , el dinero suficiente para dar á las familias de los soldados. Rubrica de Jesús Garza Gzz.”

 

Se niega Vidaurri a enterar los ingresos federales que aquí se habían cobrado

Los estados con gobernadores afines al juarismo cobraban las contribuciones federales para el sostenimiento de la guerra de reforma. En 1860 el gobierno de Juárez derrotó a los conservadores; Juárez tomó la Ciudad de México y restableció el orden jurídico y hacendario; exigiendo a los estados entregarán lo recaudado en nombre de la Federación. Pero Vidaurri se negó alegando que eran dineros necesarios para el sostenimiento del estado de Nuevo León y Coahuila.

 

Convence Napoleón a Inglaterra y España de enviar tropas a México

 

Ante la escasez de recursos Juárez suspendió los pagos de la deuda externa contraída por Iturbide y los subsecuentes gobiernos que cobraban intereses exagerados. Los acreedores eran de España, Inglaterra y Francia. Quien convenció a las otras dos naciones de iniciar una expedición militar fue Napoleón III. Les dijo que sólo se trataba de embargar la aduana de Veracruz para asegurar el pago.

 

Así que en enero de 1862 la flota de las tres naciones tomó la aduana del Puerto de Veracruz. De inmediato el gobierno de Juárez representado por Manuel Doblado negoció una reducción de intereses con España e Inglaterra que conformes retiraron sus tropas, mientras Francia abrió sus ambiciones iniciando la invasión.

 

Invade Francia al país, apoyada por mexicanos imperialistas

Este ejército francés, formado además por belgas, austriacos y mexicanos imperialistas atacó entre 1862 y 1863 el centro del país, pues buscaba capturar a Juárez y obligar al Congreso a admitir a Maximiliano como emperador. Pero el Congreso se disolvió y Juárez inició un éxodo rumbo al norte del país donde los desiertos y las distancias complicaban al ejército invasor.

 

Maximiliano de Habsburgo era heredero del trono de Austria; hombre ilustrado que fue chamaqueado diciéndole que los mexicanos lo aclamaban. Su ejército franco-Mexicano pro imperialista era de 36 mil hombres, mientras el ejército mexicano contaba apenas con 20 mil, más  las guerrillas y otros cuerpos irregulares. 

 

Llega Juárez a Monterrey y discute con Vidaurri; se va con las manos vacías

Con la urgencia de recursos para enfrentar al invasor, en febrero de 1864 Juárez llegó a Monterrey a exigir la entrega de los recursos federales. Vidaurri se encerró en la bien artillada Ciudadela donde tenía recursos para resistir un sitio, y hasta un departamento acondicionado. Luego de desagradable discusión, Juárez regresó a Saltillo, y envió a Miguel Negrete el 3 de abril de 1864 quien, casi sin disparar balas, desaloja a Vidaurri y a su gente de Monterrey.

 

Negrete estableció sus fuerzas en el ahora llamado Cuartel Monterrey (Colegio Civil), y en el llamado cuartel de Caballería que era lo que se conocía como Fortín del Diablo que rápidamente fue adaptado con corrales.

 

Sale Juárez rumbo a Paso del Norte (Ciudad Juárez), y Quiroga toma Monterrey

Ante el acoso de los imperialistas, Juárez se trasladó al norte con rumbo a Ciudad Juárez. El 15 de agosto de 1864 el imperialista Julián Quiroga tomó Monterrey y se lo entregó diez días después al general francés Armand  Alexandre de Castagny quien instaló 28 piezas de artillería. Sus tropas eran 580 franceses y belgas, y 80 mexicanos. Las instalaciones militares de Monterrey fueron adaptadas al estilo francés con barricadas de costales, y nidos de ametralladora ( en lugar de fosos).

 

Cambia Castagny la nomenclatura de las instalaciones militares

Castagny cambió el nombre de algunas instalaciones. Al cuartel que se ubicaba en lo que hoy es el Colegio Civil, le llamó Cuartel Imperial. Al fortín de Guadalupe, fuerte Carlota; a las Tenerías, La Victoria y, en general todos fueron mejorados.

 

Además construyó una serie de trincheras en lo alto del Obispado sin mejorar las ruinas del edificio. Los soldados dormían en carpas, pero a este conjunto de costales y carpas le llamaron elegantemente Cuartel Maestre Napoleón.

 

Toman Naranjo, Escobedo, Negrete y Gorostieta Nuevo Laredo 

Por su parte, en una acción relámpago Francisco Naranjo, Miguel Negrete, Mariano Escobedo y el coronel Gorostieta con solo 26 hombres de elite tomaron Nuevo Laredo. De allí partieron a Monterrey, y en el camino reclutaron 300 hombres, llegando el 7 de marzo y atacando con tal rapidez que desalojaron de la Ciudad a los imperialistas que dirigían Florentino López y José María  Tabachinski. Los imperialistas pudieron conservar sólo el Obispado (cuartel Maestre Napoleón), La Ciudadela, el Fortín Carlota y la Garita de la Actual colonia Nuevo Repueblo que llamaban Fortín del Pueblo.

 

Quedan los franceses disminuidos y arrinconados

La Ciudad era gobernada por republicanos, pues los franceses quedaron sitiados en los cuarteles, además de hambrientos y enfermos. De todas formas los comerciantes regiomontanos -fieles a sus principios económicos- iban a venderles verduras, pero magulladas y vísceras de animales, a un precio muy elevado. Entre sus tropas había la esperanza de que supuestamente un gran ejército de zuavos vendría a apoyarlos.

 

El 23 noviembre los rifleros de China (cuerpo de guerrillas republicanas formado por comancheros de ese municipio) dirigidos por Jerónimo Treviño tomaron el  Fortín Carlota y el Fuerte del Pueblo, a los franceses vencidos, una vez que entregaron sus armas se les escoltó al Obispado. Las armas decomisadas fueron enviadas al centro de la República.

 

Vence Escobedo al regimiento de Dragones Belgas de la Emperatriz

El día 24 de noviembre las armas republicanas dirigidas por el mismísimo Escobedo, mediante un ataque de caballería desalojaron a los franceses de sus demás posiciones, venciendo a un regimiento de Dragones belgas de su Majestad la Emperatriz.

 

Así que la ocupación francesa se reducía sólo a la Ciudadela y al Obispado en donde desesperadamente se fortificaban.

 

Lanzan los franceses un ataque sorpresivo

El imperialista Julián Quiroga estaba desesperado y pidió auxilios que fueron enviados de Saltillo desde donde partió una fuerza de 800 hombres de lo mejor del ejército francés al mando del comandante La Hayrie, quien a toda marcha entró a Monterrey la madrugada del 25 de noviembre. Llevaba tal ímpetu que arrolló a los republicanos con los que se topó y llegó hasta la plaza Zaragoza.

 

Echan Treviño y Sóstenes de regreso a Saltillo a los imperialistas 

La Hayrie parecía traer el triunfo a los imperialistas, pero cerca de la Plaza Morelos se enfrentó con tiradores del general Jerónimo Treviño, que luego fueron reforzados por las tropas de Sóstenes Rocha que salieron del Fortín del Diablo a toda prisa, desmontados y armados solo con cuchillos y machetes, pero con tal coraje que echaron en corrida a los franceses, que mejor se regresaron a Saltillo.

 

Al triunfo de la República se les concede a los franceses retirarse por Veracruz

Luego se supo que los zuavos se habían amotinado en el caribe y por eso no llegaron a reforzar a Quiroga y compañía.  Los franceses y belgas concentrados en el Obispado, pedían al emperador su retiro, pero no se les concedió. Ahí estuvieron enfermos de sarna, tuberculosis y mal alimentados hasta que en junio de 1867 fusilado el emperador Maximiliano y su regente Santiago Vidaurri se les concedió marchar a Veracruz.

 

Muchos de ellos, hartos de la guerra se quedaron entre nosotros como maestros de música, pintura, francés o en oficios como la herrería y la carpintería. Ya desalojada la ciudad solo se conservó como cuartel La Ciudadela y algunos puntos de vigilancia en lo que hoy es la Colonia Nuevo Repueblo, el Diablo y el Obispado. Vendría un tiempo de paz.

 

Continuará…

 

FUENTES

ARCHIVO HISTÓRICO DE MONTERREY 

COLECCIÓN Misceláneo 

VOLUMEN 39. EXPEDIENTE 4. FOLIO 29

VOLUMEN 44, EXPEDIENTE6

COLECCIÓN IMPRESOS II

VOLUMEN 27 EXPEDIENTE 6, FOLIO 14

Periódico Oficial “El Restaurador de la Libertad” de  4 de julio de 1855, versión electrónica

Vito Alesio Robles, Coahuila y Texas, CONACULTA

Visitas del Presidente de la República don Benito Juárez a Monterrey, José P. Saldaña, versión digital.

Laura Odogherty Madrazo, GUARDIA DE LA EMPERATRIZ CARLOTA: SU TRÁGICA AVENTURA EN MÉXICO, 1864-1867, UANL