27/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Abril 20 de 1943, se reúnen en Monterrey los presidentes Manuel Ávila Camacho y Franklin D. Roosevelt. El gobernador Bonifacio Salinas Leal y el alcalde de Monterrey, Constancio Villarreal, coadyuvaron a organizar el evento. Era delicado porque cinco años antes (1938), el presidente Cárdenas había nacionalizado las empresas petroleras inglesas y estadounidenses, y ambas naciones habían boicoteado al petróleo mexicano. Pero Estados Unidos entró a la II Guerra Mundial y necesitaba de México, abriéndose la posibilidad de una especie de Tratado bilateral, pues ellos necesitaban aliarse con su vecino pobre para que proporcionara mano de obra para su producción de alimentos y carne de cañón para la guerra; y a nosotros nos urgía venderles petróleo y abatir el desempleo. En ese tiempo había en México cierta germanofilia, provocada tal vez por los resabios de la invasión de 1846. Por eso la reunión de los dos presidentes fue en Monterrey porque era un enclave nazi: Moebius, Holck, Rock, Bremer, Lammers, Stein, Langstroth y otras familias regiomontanas de origen alemán operaban para esa causa. La visita empezó el domingo 18 de abril que llegó el presidente Ávila Camacho y su esposa Soledad Orozco. Desfilaron por las calles de la ciudad con el repicar de las campanas de las iglesias, los silbatos de las plantas industriales, y el confeti y las flores lanzadas desde los edificios. El martes 20 de abril, a las 16: 15 horas, en un convoy de 14 carros del ferrocarril escoltado por otro tren explorador, llegaron Roosevelt y su esposa Eleanor a la estación del ferrocarril de Monterrey. Ambos presidentes se trasladaron en auto descubierto al Palacio de Gobierno donde hubo un breve desfile y a las 17: 25 salieron rumbo a la Ciudad Militar. Allí Ávila Camacho habló del respeto y unión de los dos países. Roosevelt de la no intervención y la ayuda que EUA necesitaba de México contra los enemigos de la libertad: Alemania, Italia y Japón. A las 22:32 horas los presidentes subieron a un tren que les llevó a Corpus Christi. Esta reunión cumbre tuvo buenos resultados; la industria y el comercio se orientaron al abasto de materias primas y productos semi manufacturados para EUA. Se suscribió el programa de braceros mexicanos y más de 300 mil trabajadores de todo el país fueron a trabajar básicamente en el campo estadounidense. Otro apoyo de México fue que 14 mil 449 nacionales combatieron en la guerra con la bandera norteamericana y el Escuadrón 201 de la Fuerza Aérea Mexicana participó en el frente del Pacífico. Se firmó el Convenio del “buen vecino” para que México pagara 40 millones de dólares por las reclamaciones que databan de la Revolución y se estudiaron las indemnizaciones de las empresas petroleras expropiadas. Se suspendió el boicot comercial al petróleo mexicano, cesaron las presiones diplomáticas y se reanudaron las exportaciones de plata; se cancelaron casi todos los intereses de la deuda externa mexicana y se negoció por primera vez, un trato justo para los braceros. En nuestra ciudad se suscribió hace 78 años el acuerdo económico más productivo que México ha tenido, y que permitió a los ciudadanos de ambos países comerciar, viajar y establecerse de ambos lados de la frontera.