Internacional

Mosul sigue en ruinas, tres años después de su liberación de los yihadistas

Tres años después de la liberación de Mosul, Ahmed Hamed ya se ha resignado. Como miles de iraquíes, ha perdido la esperanza de que se reconstruya su casa destruida durante la guerra contra los yihadistas.

Mosul, en el norte de Irak y que antaño fue una ciudad importante para el comercio en Oriente Medio, necesita las ayudas del Estado para relanzar su economía.

Sin trabajo, Ahmed Hamed, de 25 años, lucha por encontrar cómo pagar su alquiler fuera de Mosul, ya que su casa, su coche y todo su barrio en el centro histórico de la ciudad quedaron destrozados con los bombardeos y combates contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Funcionarios de la comisión de indemnizaciones en Mosul, Irak, atienden a las personas que habían reclamado una ayuda para reconstruir sus casas, el 15 de junio de 2020

Funcionarios de la comisión de indemnizaciones en Mosul, Irak, atienden a las personas que habían reclamado una ayuda para reconstruir sus casas, el 15 de junio de 2020© AFP Zaid AL-OBEIDI

Después de que la ciudad fuera liberada en julio de 2017, envió un dosier a la comisión de indemnizaciones, creada en 2018. Todo fue validado y enviado a Bagdad, le dijeron. Desde entonces, no tiene noticias.

“Los políticos no paran de repetirnos que tenemos que volver a casa”, dice a la AFP. “Pero, ¿cómo? Nuestras casas están destrozadas y no hay ningún servicio público”.

Según la oenegé Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), 64% de los desplazados de Mosul afirman que no podrán pagar su alquiler dentro de tres meses.

Mohamed Mahmud, responsable de la comisión de indemnizaciones, afirma haber recibido “90.000 dosieres, entre 48.000 y 49.000 por bienes, casas, comercios y otras propiedades y 39.000 por pérdidas humanas, muertos, heridos y desaparecidos”.

“Fondos insuficientes”

Ali Elias, de 65 años, espera noticias de su hijo secuestrado en 2017 por los yihadistas.

“Enviamos un dosier a Bagdad pero no hemos tenido noticias”, explica a la AFP este agricultor de un pueblo al oeste de Mosul. “Estoy viejo y cansado de pasar todo el tiempo con las administraciones”.

Los casos de los desaparecidos son los más largos, “para los daños materiales, tres cuartas partes de los casos fueron tratados”, asegura Mahmod a la AFP. “Pero no tenemos suficientes fondos, y solo fueron indemnizadas 2.500 familias”.

La ONU reconstruyó 2.000 casas, plantas de tratamiento de agua, centrales eléctricas, servicios de hospital, 150 escuelas, universidades y comisarías.

Pero es un granito de arena en una ciudad de más de dos millones de habitantes, cuyo centro sigue pareciendo una inmensa colina de escombros.

La reconstrucción avanza lentamente debido, en parte, a los filtros para evitar la corrupción. Esta es una de las razones por las que 30.000 millones de dólares prometidos por Kuwait a principios de 2018 nunca llegaron a Irak.

En junio, el primer ministro Mustafa Al Kazimi, recién elegido, viajó a Mosul. En esa visita, rodeado de periodistas, prometió estudiar “personalmente cada contrato de reconstrucción para acabar con la explotación y la corrupción”.

El Estado se comprometió a pagar las pensiones de las familias de los “mártires” y de las víctimas del “terrorismo” y las de los heridos.

Pero con el precio del petróleo por los suelos, una contracción de la economía de 10% y un déficit récord del 30% del PIB, estas promesas parecen difíciles de cumplir.

“Bagdad nunca ha respondido a la catástrofe”, dice Mozaham Al Jayat, quien había dirigido una célula de crisis.

“Hemos reclamado al ministro de Finanzas destinar 17 millones de dólares para las indemnizaciones, pero nuestro pedido nunca tuvo respuesta”, insiste Mahassen Hamdun, diputado oriundo de Mosul.