Soñé que cierto día, Dios estaba harto del comportamiento de los humanos, y decidió borrar su error para volver a empezar.
Pero ahora, en vez de utilizar profetas, llamó a los dirigentes de las naciones para informarles que la humanidad desaparecería en 24 horas; que le avisaran a los pueblos que gobiernan.
Asustados, no les quedó de otra que convocar a ruedas de prensa para transmitirle el mensaje divino a la gente.
El primero en hacerlo, como casi siempre sucede, fue Trump, quien dijo (además de publicarlo en su twitter) frente a todos los medios de comunicación:
_ My fellow americans, les tengo dos noticias, una buena y otra mala. La primera es que Dios sí existe y yo seré el presidente de Estados Unidos hasta el último día de mi vida. La segunda es que nuestra gran nación, la que está construyendo el mejor muro de la historia, desaparecerá en 24 horas. Es la voluntad de Dios.
El segundo fue Nicolás Maduro y dijo:
_Compatriotas venezolanos, les daré un par de noticias muy importantes.
La primera es que Dios sí existe, y no me lo dijo el pajarito que me comunica con el comandante Chávez, no, yo lo vi en persona. La segunda es que en sólo 24 horas, la mejor revolución de la historia desaparecerá, es una lástima después de tanto esfuerzo de ustedes y mío.
El tercero fue López Obrador y dijo:
_Pueblo de México, liberales, conservadores; pueblo sabio y fifís: en esta mañanera les informaré dos grandes noticias. La primera es que soy oficialmente un enviado de Dios, y además su mensajero. La segunda es que, conforme a lo prometido en mi campaña, en tan solo 24 horas, escúchenme bien, en 24 horas más, no habrá en México ni pandemia, ni violencia, ni desempleo, ni analfabetismo, ni pobreza. Se suspenderán las obras de Santa Lucía, el Tren Maya y Dos Bocas. Por lo tanto, he girado instrucciones a mi equipo de hacienda para que deje de cobrar impuestos.
Escuchen bien, todos los problemas de México se acaban hoy mismo, por cortesía de la 4T. Y los neo liberales que no lo crean, mañana pueden venir a mi oficina a reclamar.
