27/Apr/2024
Editoriales

Cuestión de pantalones

En 1965, el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León era Rolando Guzmán. El gobernador Eduardo Livas Villarreal y el rector Eduardo A. Elizondo. El sindicato peleaba sus derechos conforme a la ley, de organizarse y a ejercer el derecho a huelga en caso de que procediera. Livas no los recibía una y otra vez que le solicitaban cita. Fueron para darle el ultimátum de que los recibiera y de nuevo se les negó la audiencia. Iban de regreso al Aula Magna del Colegio Civil cuando un enviado del secretario general de gobierno, Humberto Ramos Lozano los alcanzó para decirles que los recibiría el gobernador.

Fueron al palacio y efectivamente los recibió Livas, y le dijo a Rolando: _¿Por qué cuando estaba Rangel Frías tú no te organizaste ni le hiciste tu bochinche a él?

_Yo no le voy a responder a eso, licenciado, dijo Rolando, lo que enfureció a Livas.

_Si te crees muy hombrecito vamos a ver quién es más hombre, tu o yo, dijo Livas con palabras altisonantes, a pesar de que en la comisión estaba una dama, Silvia Mijares, hoy esposa de Miguel Covarrubias.

Y precisamente Silvia fue la que terció reclamándole a Livas: _hace mal en tratar así a nuestro líder, si no está dispuesto a escuchar nuestras demandas, nos retiramos y punto.

_Retírense! No les voy a dar nada de lo que piden, dijo a gritos Livas Villarreal.

La Universidad de Nuevo León tuvo su primera huelga, que duró sólo setenta y dos horas, y el gobierno terminó reconociendo al Sindicato y pagando los salarios caídos y se firmó un convenio de trabajo.

 

Anécdota contada por Rolando Guzmán en el libro Entretelones Políticos del autor LEB

 

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