Octubre 13 de 1903: el gobernador Bernardo Reyes Ogazón –recién reelecto- decretó una aministía para liberar a los presos políticos que se habían opuesto a su reelección. Los nuevoleoneses que se oponían a su gobierno se habían organizado desde el 17 de marzo eligiendo y postulando como candidato opositor contra Don Bernardo Reyes, en la Gran Convención Electoral Nuevoleonesa, al licencido Francisco F. Reyes.

Después de esa fecha se sucedieron: una manifestación con dos docenas de estudiantes de leyes que no querían que Don Bernardo se reeligiera y fueron detenidos. Pero lo más grave sucedió el 2 de abril cuando una gran manifestación de seguidores del abogado Reyes salieron de la Alameda marchando rumbo a la plaza Zaragoza, desoyendo la “sugerencia” del general Bernardo Reyes, de no realizar dicho mitin. Una vez concentrados en la Plaza, de los techos de algunas casas y comercios aledaños salieron disparos de gente apostada ex profeso para ello y murieron varias personas, mientras que otras fueron apresadas por delitos de sedición, y hasta que se reeligió Bernardo Reyes se decretó su libertad. Esto inicia el declive de quien fuera uno de los mejores gobernantes de nuestro Estado.