19/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Junio 25 de 1767: Expulsa el rey Carlos III de la Nueva España a los jesuitas, y es José de Gálvez –marqués de la Croix y delegado del virrey- quien antes del amanecer se los notifica. En primer lugar quedaron incomunicados y deberían salir rápidamente a Europa sin llevarse más que la ropa puesta y el dinero personal de cada uno de ellos. Carlos III había sido influido por sus ministros: Campomanes, Floridablanca, y el conde de Aranda, que en ese momento era su hombre de confianza, y quien a su vez estaba muy bien relacionado con los enciclopedistas franceses.

Es sabido que entre esta corriente de intelectuales había cierta aversión por la Compañía de Jesús, porque representaba a lo más pulido de la ortodoxia católica. El pretexto que se utilizó para expulsarlos era acusarlos de haberse enriquecido mucho en Las Misiones, además de obstaculizar a los reyes de España y hasta de haber participado en la planeación del asesinato de los reyes José de Portugal y Luis XIV de Francia. En realidad se trataba de extirparlos de sus sitiales educativos porque los jesuitas no negociaban nada con los estados no católicos y se oponían a los regalistas (defensores de las regalías que la corona otorgaba a la Iglesia).

Hubo en nuestro país algunas manifestaciones de protesta de parte de la feligresía como fueron las de Guanajuato, Pátzcuaro, y San Luis Potosí, pero el tal José de Gálvez “calmó” los ánimos ejecutando a 69 manifestantes. Esta condición de expulsión de los jesuítas duró hasta 1813 que se restituyó la Compañía de Jesús, durante la guerra de Independencia. Sin embargo, antes de todo este proceso, en el nuevo mundo se les llamaba “Los maestros de la juventud de América” porque sus más destacados miembros eran los directores de los programas eclesiásticos de enseñanza, así como en Europa tenían la dirección de los mejores colegios del viejo mundo. Casi todos los jesuitas obedecieron al rey con su medida de expulsión, sumando en total 600 los expulsados, a pesar de que entre ellos iban eminencias como Abad, Clavijero, Alegre, Cavo y otros literatos y científicos destacados, según la versión del historiador Martín Quirarte en su “Visión panorámica de la Historia de México”.

Claro que las medidas contra los jesuitas no fueron sólo en Nueva España, sino en Europa, así que en Portugal y Francia, ya no digamos en España, igual se procedió contra ellos, lo que se tradujo en el estancamiento del avance científico en el mundo controlado por la corona española.