03/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 31 de 1980: Es inaugurado en el límite sur del Palacio Municipal de Monterrey la escultura monumental ‘Homenaje al Sol’, un obra del gran artista plástico oaxaqueño Rufino Tamayo, quien a su vez fue homenajeado por el Ayuntamiento de Monterrey como “ciudadano honorífico”.

 El gobernador de Nuevo León era Don Alfonso Martínez Domínguez, y el presidente municipal se llamaba Pedro F. Quintanilla Coffin, quienes invitaron al maestro Tamayo a la inauguración y se reunieron en esa ocasión grandes personalidades del arte nacional y de la sociedad neoleonesa.

 La espectacular pieza artística mide 25 metro de alto y pesa alrededor de 30 toneladas, realizada con la idea de honrar a los nómadas que habitaron la región y desde luego al sol, que es motivo también de un hermoso poema del Regiomontano Universal Alfonso Reyes, llamado ‘El sol de Monterrey’.

 La empresa regiomontana Grupo Alfa fue quien apoyó con la manufactura en sus talleres HYLSA, utilizando el material base de su industria.  

 

 Entre los invitados que vinieron de la Ciudad de México, estaba el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien dijo en privado una frase -escuchada por quien esto escribe- a la hora de describir la escultura de marras: ‘Ocupa un espacio pero no lo agota’.