20/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

 

Marzo 2 de 1836: Los delegados de Texas, reunidos en Nuevo Washington, distrito de Brazoria, declaran solemnemente la independencia de su territorio. Repudiaban al gobierno mexicano por una tiranía militar e intolerancia religiosa. Eligieron a David G. Burnet como presidente de la República de Texas y a Lorenzo de Zavala como vicepresidente. Así inicia una década de confrontación con México, sobre todo en la franja territorial delimitada por los ríos Bravo y Nueces. Texas tenía un gobierno débil, en bancarrota, y una población dispersa, sin ejército organizado ni auténtica estructura gubernamental. Este mismo día hubo un enfrentamiento serio, pues las fuerzas del militar norteño Urrea (quien fuera gobernador de Durango y Sonora) enfrentaron a las de Diego Grant en el punto conocido como Los Cuates de Agua Dulce, perdiendo los texanos a 42 hombres, entre ellos al propio Grant.

La pelea por Texas es muy interesante pues marca el inicio del redimensionamiento que sufrió nuestro territorio, y una década después sirvió de pretexto para declarar la Guerra de Estados Unidos contra nuestro país. El supuesto objetivo de la Guerra era el de ‘rescatar’ el territorio entre los ríos Nueces y Bravo, cuando en realidad venían sobre todo el territorio nórdico de México, la mitad de toda la superficie territorial que había sido de Nueva España y los mexicanos habían luchado para independizarse, así como habían hecho  los norteamericanos de Inglaterra. Ciertamente se trató de un plan muy elaborado por los gobernantes estadounidenses, pero debemos reconocer que los mexicanos de aquellos tiempos nunca presentaron un frente común de defensa, pues había luchas intestinas en todo el territorio, empezando por el centro del poder, ubicado en la Ciudad de México.