Más que en cualquier guerra, los Estados Unidos han perdido más vidas por la epidemia de heroína o "epidemia de opiáceos " que mato 28,700 norteamericanos solo en el 2014, y que ha matado ya a 195,00 desde el 2009 a la fecha. Esa epidemia arrasa a las clases medias blancas y el consumidor ya no es el muchacho negro de los barrios pobres de Baltimore, sino joven blanco del West Baltimore, en donde un 90% de los usuarios de "primera vez" en el último año fueron blancos.
Lo mismo ocurre en el Condado de Orange en Florida donde las muertes por uso de harina se triplicaron (300%) del 2010 al 2015. Según un oficial de la DEA citado por el Washington Post, la heroína que se consigue hoy en las calles de las ciudades norteamericanas es más potentes y tres veces más barata que la que se capturaba en los años 90s en esas mismas calles. Este cuadro general obligo al presidente Barack Obama a asistir el martes pasado a la "Cumbre de la Heroína" en la ciudad de Atlanta para proponer su "plan multi puntos" para combatir la epidemia y el cual consiste básicamente en sustituir la acción policiaca por la "rehabilitación" de los adictos mediante el uso de otros opiáceos como la Metadona y de medicamente costosísimos como el Naloxone que serán siniestradas a los adictos en "centros de tratamiento" y en donde también se les suministraran jeringas para un uso "más sano" de la droga que consiguen en la calles. Sin embargo, la "epidemia de los opiáceos" no avanza solamente por la vida de la heroína y de los carteles de la droga.
Las grandes compañías farmacéuticas expenden los "opiáceos contra el dolor" como Roxanol (morfina), Dolophine (metadona) , Dilaudid (hidromorfina) etc. Solo en el mes pasado –dice The Washington Post usando cifras oficiales—4.3 millones de norteamericanos recurrieron a este tipo de para "un uso no medicinal" de ellos. Como lo muestra el caso de el Condado de Orange en Florida; o el estado de New Hampshire donde la epidemia de la heroína fue el principal tema electoral en las primarias recientes; o en el caso de los barrios acomodados de Manhattan en Nueva York , no es la falta de empleo o la marginación la única causa del aumento del consumo sino, principalmente, la falta de objetivos o de una misión en la vida para los norteamericanos que todavía gozan de un alto nivel de vida pero no tienen un propósito para vivir mientras su país se derrumba y libra guerras interminables e injustas y de exterminio.
Es una nación que fue inducida al consumo de drogas desde los años 60s, mediante la "cultura del rock y las drogas" y la "ola inglesa" de bandas de rock que llegaron a ese país ya desmoralizado por el asesinatos de los Kennedy, de Luther King y por la guerra de Viet Nam.