Junio 29 de 1824: Proponen las Provincias Unidas de Centroamérica separarse de México. Este proceso separatista inició cuando el 19 de mayo de 1823 abdicó el emperador Agustín de Iturbide. Porque en Centroamérica, desde noviembre de 1822, el general Vicente Filisola no recibía apoyos económicos de México para mantener a los 5 mil 300 militares que protegían esos valiosos territorios de los ataques extranjeros. Al principio la tropa era mantenida de buena gana por la aristocracia guatemalteca, pero pronto hubo de recurrirse a los préstamos forzosos que nunca han sido motivo de alegría en todo el mundo. Y a la caída de Iturbide en 1823 crecieron las inconformidades, pues todas esas provincias se habían unido al Imperio Mexicano en 1821 cuando finalmente se pudo independizar de España, pues ellos vieron la oportunidad de contar con la protección de todo un ejército imperial, algo que era para los centroamericanos invaluable. Pero luego sobrevino en México el cambio de Imperio a Federación y esa figura no les era conocida ni atractiva, por lo que, encabezados por Manuel José Arce y Fagoaga decidieron que si se trataba de una Federación, ellos podría tener la suya sin depender de México, así que propusieron al recién reinstalado Congreso mexicano su separación. Así, el 20 de agosto de 1824 se les reconoció su independencia a estas provincias que fundaron la República Federal de Centroamérica, misma que duró poco tiempo antes de hacer crisis y separarse para ser cada provincia una nación.