La polí­tica de bajos salarios "para atraer inversión" impuesta a nuestro paí­s desde la firma del TLCAN en 1994, está desintegrando a nuestras familias y provocando ansiedad y depresión en nuestros jóvenes producto de la falta de futuro y las condiciones precarias en que trabajan o viven ellos y sus familias y ha hecho crisis en la forma de una ola de suicidios en algunas ciudades del paí­s.

Esa "precariedad laboral" ---como la llama el INEGI --; de bajos sueldos y prestaciones; contratos mensuales; mobbing o acoso laboral y jornadas de 12 horas de trabajo etc., se ha agravado con la reforma laboral impuesta por el gobierno de Enrique Peña Nieto se traduce en suicidios en el caso de Coahuila y especialmente en la región suroeste en donde en el 2016, de los 186 casos de suicidios, 59 de ellos ocurrieron en esta región donde el salario promedio es de menos de 1000 pesos semanales especialmente en la industria maquiladora y de exportación.

En la región de La Laguna, donde ocurrieron 51 de los suicidados en el 2016, el salario promedio es de 800 pesos semanales, es decir, menos de dos salarios mí­nimos de 80.04 pesos. Aunque la incidencia de suicidios en los estados de la República Coahuila llego a ocupar el segundo lugar a nivel nacional con 138 muertes por esta ví­a en el 2014 pero en los años siguientes, 2015 y 2016 la cifra aumento a 166 y 186 respectivamente.

Esta última cifra significa una frecuencia de un suicidio cada dos dí­as o "un dí­a y otro no". El promedio de edad de las ví­ctimas de la "salida por la puerta falsa" en este estado es de 19 años, es decir una mayorí­a de ellos son jóvenes y menores de edad. Los especialistas en salud mental de la Universidad Autónoma de Coahuila atribuyen los suicidios a cuadros de "ansiedad o depresión" producto casi siempre de problemas económicos o a problemas sentimentales como la pérdida de la pareja por causas también económicas o por el desempleo.