04/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Junio 23 de 1937: promulga el presidente Lázaro Cárdenas el decreto mediante el cual se nacionalizan los ferrocarriles de México. Cárdenas, actuando como todo un estadista, se apoyó en la Ley de Expropiación de 1936, por lo que sin duda se trató de un acto legal; acaso el debate se daba por el pago de la indemnización y de sus respectivos intereses.

El paso siguiente fue determinante y se dio una semana después, en junio 30 de ese mismo año, que el presidente Cárdenas Del Río emitió otro decreto, ahora basado en la Ley de Secretarías y Departamentos de Estado, para crear el Departamento de Ferrocarriles Nacionales de México, y para darle congruencia ideológica a todo esta transformación económica del sector transporte, el 1º de mayo de 1938 -El Día Internacional del Trabajo- tomó la protesta a la nueva dirección de Ferrocarriles, que dependía ahora de los trabajadores.

Ciertamente el gobierno del presidente Porfirio Díaz fue el gran constructor de vías del ferrocarril, sin embargo, el presidente Lázaro Cárdenas además de nacionalizarlo, le dio un enfoque social desde el momento de entregarle el sistema a los trabajadores para que lo administraran. El crecimiento del parque vehicular en donde los automóviles representan las inmensa mayoría, obligó a la construcción de miles y miles de kilómetros de carreteras, quedándose rezagado el transporte ferroviario, al grado que se dejó toda la infraestructura construida sólo para el transporte de mercancías y productos, mientras el transporte de pasajeros se canceló, para dar paso al autobús. La actual administración del presidente López Obrador intenta retomar el transporte de pasajeros en ferrocarril, y está en proceso de construcción el proyecto del Tren Maya, que atravesará a la península de Yucatán dando los servicios turístico, transporte de pasajeros y transporte de carga por el sureste mexicano. Hay dudas entre los expertos acerca de la viabilidad económica de esta obra, sin embargo, se dice que pronto ya entrará en operación el primer tramo y el país no está en condiciones de desperdiciar una sola obra construida, así que consideramos que se debe terminar lo iniciado.