"Tendremos que aguantar todos, porque el bien para todos es también el sufrimiento de todos", afirmó ayer la Iglesia al referirse a los efectos que ocasiona la medida presidencial para enfrentar el robo de gasolina y señalar que la corrupción es todo un viacrucis que hay que aguantar.

 A nombre de esa institución, habló ayer el Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López.

 El también presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, avaló las acciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ordenó cerrar ductos en varios estados del País para favorecer el uso de pipas, lo que ocasionó largas filas de vehículos en las gasolineras.

 "El Presidente de la República se propuso como primer objetivo de su Gobierno acabar con la corrupción y acabar con la corrupción es todo un viacrucis, es muy complicado, hay muchos intereses, hay muchas fuerzas que se oponen y por eso sabemos lo difícil que es", expreso en su mensaje dominical a la prensa.

 Añadió que el Presidente ha comenzado con el asunto del robo de la gasolina y la corrupción que hay a lo largo del País en estos términos. Sé que enfrentar esto es muy complicado porque apoderarse de los energéticos es apoderarse de la economía del País".

 Cabrera López llamó a que no haya un paso atrás en esta lucha.

 Pidió también que lo más pronto posible se busquen alternativas de atención en aquellos lugares donde hoy escasea la gasolina, sobre todo en el centro del País, para que no sufran los más pobres y mucho menos aquéllos que no pueden valerse por sí mismos".

 El Arzobispo pidió a los ciudadanos comprender la situación ocasionada.

 "Todos los ciudadanos en México quisimos que hubiera esta lucha frontal contra la corrupción y tendremos que ir pagando también la parte que nos toca a los ciudadanos, esto nunca será sencillo, nunca será fácil", dijo.