26/Apr/2024
Editoriales

Lecciones de México al mundo

Este primero de mayo, se recordó, como cada año, la gesta inmarcesible, no de un pueblo, sino de la conciencia obrera de todos los pueblos del planeta. Y el cinco de mayo, en esta misma semana, se conmemorará el triunfo de México ante los franceses en la Batalla del 5 de mayo de 1862 en Puebla, en una lección de México para el mundo.

Estos dos dí­as están dedicado no sólo a evocar un glorioso pasado de la historia, sino a ratificar un compromiso con el futuro. Un futuro que ya no se concreta a un solo paí­s, como en los tiempos pasados, sino un futuro que pertenece a todos los pueblos, que pertenece a la humanidad, porque, o todos nos salvamos con el esfuerzo de todos, o todos caeremos en el hoyo negro de la destrucción.

En esta ocasión hablaremos del primero de mayo. En una fecha como esta, hemos de recordar dos importantes acontecimientos de nuestros pueblos, que vinieron a cambiar o a darle un nuevo rumbo a nuestros destinos: la gesta Heroica de los Mártires de Chicago, en los Estados Unidos, que tuvo lugar en 1886, y los movimientos de emancipación obrera de los inicios del siglo XX en nuestro paí­s y que fueron precursores de la Revolución Mexicana.

En nuestro paí­s, el primero de los señalados movimientos obreros fue la Huelga de Cananea, que se diera en el mineral de cobre en Cananea, Sonora, contra la empresa "Cananea Consolidated Cooper Company", propiedad del coronel norteamericano William C. Greene y que tuviera lugar el 1 de junio de 1906. El segundo, fue la rebelión obrera en la fábrica de tejidos de Rí­o Blanco, en Veracruz, el 7 de enero de 1907 y que se extendió a las fábricas aledañas de Nogales y Santa Rosa.

En la actualidad el primero de mayo se encuentra considerado, en la mayor parte del mundo, como el Dí­a Internacional del Trabajo. No así­ en algunos paí­ses entre los que se encuentra Estados Unidos. Lo anterior a pesar de que fue, como ya lo dijimos, precisamente en la ciudad de Chicago donde ocurrió el conflicto que dio origen a esta conmemoración. Ello ocurrió el año de 1888, en una protesta obrera iniciada en la fábrica McCormik, donde uno de los principales reclamos fue el establecimiento de la jornada de trabajo en 8 horas.

En los Estados Unidos no se celebra el primero de mayo. En el vecino paí­s del norte se conmemora desde el año de 1882 la Fiesta de los que trabajan el primer lunes de septiembre, a propuesta del dirigente Peter J. Mac Guire, de la Central Labor Union. Se dice que esta celebración ha sido apoyada e impulsada por los patrones y gobierno para eclipsar el sentido real del primero de mayo.

El movimiento fue reprimido y sus principales dirigentes, de orientación socialista, fueron condenados a muerte. Lo anterior provocó protestas en todo el mundo. En septiembre de ese año, el Congreso de la Federación de Sindicatos y Grupos Corporativos de Francia propuso una iniciativa para que el siguiente primero de mayo se llevara a cabo una jornada electoral, la que produjo el Congreso Internacional celebrado en Paris en 1889 que creó la Segunda Internacional integrada por los partidos socialistas, entonces existentes.

En dicho Congreso se aprobó que los trabajadores organizarí­an una manifestación "en fecha fija, de tal manera que simultáneamente en todos los paí­ses y en todas las ciudades en el mismo dí­a convenido, los trabajadores pedirán a las autoridades oficiales la reducción, mediante una ley, de la jornada de ocho horas...y las demás resoluciones de Congreso..."

CELEBRACION POR

PRIMERA OCASIí“N

Por lo que respecta a nuestro paí­s, el Dí­a del Trabajo se celebró por primera ocasión en el año de 1913, como parte de una "jornada mundial por las ocho horas de trabajo" Hacia poco tiempo que habí­a arribado al poder, mediante un cuartelazo, el general Victoriano Huerta, por lo que los organizadores tuvieron inicialmente algunas dificultades para realizar este evento.

El organizador de esta jornada, Carlos M. Peralta, relató algunos pormenores de este evento, que fueron recogidos en el periódico El Dí­a, por Elena Ponatiowska, en abril de 1964. En torno a este evento, la periodista lo describe de la siguiente manera:

"La manifestación fue vitoreada con enorme entusiasmo en todo su trayecto por las multitudes que abarrotaban las calles por las que desfilaba, pues reinaba una verdadera locura de entusiasmo... Se pronunciaron varios discursos; uno por Antonio Dí­az Soto y Gama en el Hemiciclo a Juárez; otro por Epigmenio H. Ocampo, frente al Palacio Nacional y el último frente a la Cámara de Diputados por el socialista español José Colado".

Estas demandas serí­an llevadas ante el Congreso Constituyente de 1917. El historiador Gastón Garcí­a Cantú destaca la participación del diputado constituyente Héctor Victoria, legislador por el tercer distrito de Yucatán, quien entre otras propuestas señaló lo siguiente:

'...el artí­culo 5º a discusión, en mi concepto, debe trazar las bases fundamentales sobre las que ha de legislarse en materia de trabajo, entre otras cosas, las siguientes: jornada máxima, salario mí­nimo, descanso semanario, higienización de talleres, fábricas minas, convenios industriales, creación de tribunales de conciliación, de arbitraje, prohibición del trabajo nocturno a las mujeres y niños, accidentes, seguros, e indemnizaciones, etcétera...'

El historiador Garcí­a Cantú comenta con toda razón que lo que el diputado constituyente Héctor Victoria proponí­a, con lo anterior, era nada menos que el establecimiento en nuestra constitución de las garantí­as sociales "como parte de los derechos naturales del hombre, lo que constituí­a una verdadera innovación jurí­dica, ya que se garantizaban no los derechos individuales, sino los de una clase.

EL ARTíCULO 123

CONSTITUCIONAL

El artí­culo 123 de la Constitución Polí­tica de los Estados Unidos Mexicanos es uno de los más importantes, ya que nos habla de que todos los ciudadanos merecen un trabajo. Además, en el mismo se señala cuántas horas al dí­a se deben laborar y cuál debe de ser un salario mí­nimo. Y algo muy importante, en ese artí­culo se establece que los menores no pueden trabajar.

Estos son solamente algunos de los resultados de la lucha obrera, a través de la Constitución de nuestro paí­s.

Nada ni nadie podrá impedir que en México se continúe adelante con los derechos de los trabajadores, que son sagrados e inseparables de cada uno de los mexicanos.

LA BATALLA DEL

5 DE MAYO

Por otra parte, con el triunfo en la Batalla del 5 de Mayo de 1862, en Puebla, la República mostró al mundo lo que es capaz de hacer un pueblo que está decidido a defender su soberaní­a. La lección estaba dada. México habí­a sabido responder a la agresión en defensa de su soberaní­a. A l55 años de esta acción –que se cumplen el viernes--, el general Ignacio Zaragoza continúa muy cerca de nosotros y su vigencia permanente sigue marcando rumbos al destino nacional.

Las actuales generaciones de mexicanos debemos seguir su ejemplo. Debemos mantenernos unidos en la defensa de nuestra Patria. Nuestra historia nos demuestra con acciones como la del 5 de Mayo de l862, que la unidad hace la fuerza. Seguiremos siendo fuertes si nos mantenemos unidos.

México y el mundo sabrán hacer frente a los problemas crí­ticos de nuestro tiempo. Nosotros mismos labramos nuestro futuro con el uso que le damos al presente