23/Apr/2024
Editoriales

A trabajo igual, sueldo igual

La triunfante revolución rusa tenía un par de años en la URSS. Ana Pavlova –prima ballerina del famoso ballet ruso- estaba en su camerino preparándose para la función, cuando le avisan que una de las acomodadoras del teatro –de las que traen linternita- quería verla. 

_Que pase, dijo Pavlova.

_¿Qué se le ofrece?

_Mire, camarada Pavlova, vengo a decirle que es una injusticia lo que sucede. 

Nos dijeron los bolcheviques que en este nuevo régimen todos somos iguales y tendríamos el mismo ingreso todos, pero acabo de enterarme que usted gana cinco veces lo que yo gano.

Pavlova pensó medio minuto y le contestó:

_Bien, camarada, tiene usted razón, mi sueldo es mayor que el suyo. Hablaré con la compañía para pedirle que de ahora en adelante, ganemos lo mismo usted y yo.

_Muy bien, muchas gracias, camarada Pavlova.

_Pero igual les diré que a partir de mañana, usted baila y yo acomodo a la gente que asista al teatro