25/Apr/2024
Editoriales

EL ATAQUE DE ORLANDO FLORIDA OTRA VISIÓN

El cuento inicial de que la masacre de Orlando fue obra del Estado Islámico se desintegra rápidamente, en la medida en que aparecen más pruebas que muestran a la misma combinación de fuerzas que llevaron a cabo los ataques del 11-S del 2001, o sea, los británicos, los saudí­es y el FBI.

El asesino de Orlando, Omar Mateen, fue por mucho tiempo empleado de una de las agencias de seguridad privadas de la corona británica más grandes del mundo –-y de las más sucias también— G4S, con 620,000 empleados en más de 100 paí­ses del mundo. La G4S es la tercera corporación privada más grande del mundo, y es una parte fundamental del "imperio invisible" de la monarquí­a británica, de mercenarios privados, asesinos y operativos clandestinos. En Estados Unidos, G4S tiene los contratos de seguridad para el 90% de las plantas de energí­a nuclear en Estados Unidos, es un importante contratista del Departamento de Seguridad Interna, e incluso tuvo a su cargo la seguridad de los pozos petroleros de la British Petroleum en el Golfo de México, lugar donde trabajó Omar Mateen por varios años.

A pesar del hecho de que varios colegas de Mateen exigieron a sus empleadores que despidieran a Mateen, debido a su comportamiento psicótico y violento, la empresa lo mantuvo e incluso hizo los trámites para que pudiera portar armas ocultas.

Mateen hizo dos viajes a Arabia Saudita, en 2011 y en 2012, y se hospedó en hoteles cuatro estrellas y en otros sitios caros. No se conoce que es lo que hací­a allá, aunque ambos viajes ocurrieron mientras que era empleado de G4S.