Editoriales

Inocencia

La Gran Bretaña con Churchill al frente, fue la pieza clave de los aliados para derrotar a Hitler. Sin embargo, ello representó un esfuerzo más que extraordinario para el pueblo y gobierno ingleses, así que al final, quedaron debiendo a sus acreedores extranjeros la enorme cantidad de 4 mil 200 millones de libras, además de la destrucción de su infraestructura productiva y urbana.

El sucesor de Churchill, Clement Attlee juraba que su gran aliado -Estados Unidos- absorbería esa deuda pues se había beneficiado con la victoria, la mayor parte de la deuda era con ese país amigo que no había sufrido el rigor de la guerra en su territorio. Sin embargo, el presidente Harry S. Truman le dijo que no, que sí les ayudarían, pero con un préstamo millonario en libras, mismo que debían pagarles a largo plazo con módicos intereses. La decepcionada Cámara de los Lores condenaron la actitud norteamericana, pero al final tuvieron que aceptar las condiciones estadounidenses, pues no tenían más alternativa. El 29 de diciembre de 2006 Gran Bretaña pagó los últimos 43 millones de libras a Estados Unidos. Después de tantos años de conocer el espíritu de los norteamericanos (finalmente descendientes suyos), los británicos se vieron inocentes, pensando que los gringos les regalarían dinero.