El Laboratorio de Danza Contemporánea, dirigido por la maestra bailarina Aurora Buensuceso, es una excelente plataforma para alumnos y profesionales para la proyección, producción y profesionalización de la danza

La UNESCO estableció el 29 de abril como el Día Mundial de la Danza, expresión artística en que predomina una extraña lucha entre el cuerpo y la mente, por lo que Vida Universitaria se dio a la tarea de entrevistar a la maestra bailarina Aurora Buensuceso, coreógrafa y directora del Laboratorio de Danza Contemporánea UANL.

En este laboratorio confluyen distintos perfiles, pues por un lado es una opción para los egresados de la UANL y, por otro, es un recinto para la participación de bailarines profesionales y coreógrafos huéspedes.

¿Qué significa que una universidad pública como la UANL cuente con un laboratorio de danza?

Aurora Buensuceso: “Contar con un laboratorio de danza contemporánea para la Universidad es una gran plataforma de proyección, producción y profesionalización de la danza. Al tener una vocación de investigación e innovación en movimiento, se vuelve una compañía dinámica y móvil, por lo que cada registro o entrega es una propuesta refrescante en la escena de la danza en Nuevo León.

“Debido a que cada programa cuenta con un coreógrafo invitado, este tiene carta abierta para explorar sobre alguna pieza o tema, a lo que se suma una obra de la dirección artística de una servidora, buscando que el público pueda apreciar dos maneras de hacer o afrontar  la danza”.

 Buensuceso coordina la Muestra de Danza de la UANL, actividad que incluye la participación de más de 400 estudiantes y se lleva a cabo en el Teatro Universitario presentando ritmos latinos, urbanos, danza contemporánea, jazz, k-pop, tango, incluso danza colombiana y danzón.

Aurora Buensuceso: “Lo interesante de los programas de la Universidad es que están dirigidos a diferentes sectores. La Muestra de Danza, por ejemplo, busca mostrar la danza que practican los alumnos desde sus instituciones. Lo que sus maestros trabajan con ellos continua y apasionadamente y cómo, a través del  movimiento, canalizan sus emociones, su talento, liberando el estrés.

 “Ellos mismos comentan que la danza es un curita al corazón y que la practican para expresar lo que no pueden externar con palabras o para sentirse completos; que les gusta la atención y el aplauso; y que es un lugar donde pueden expresarse sin ser criticados.

 “En su clase de danza conocen sobre diferentes culturas y se sienten libres; obtienen autoconocimiento y libertad de expresión. Además de afirmar que la danza les apasiona, ya que con ella entrenan su cuerpo y su mente y liberan la ansiedad”.