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¿Qué hay detrás de la declaración de culpable del general Flynn, Muller trata de mantener vivo el Rusiagate (I)

Mientras que los medios noticiosos y sus promotores asumen su histeria febril de costumbre, babeando ante la posibilidad de tumbar al Presidente de Estados Unidos, es importante ubicarse, primero, para entender que es exactamente lo que significa la declaración tomado la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes y los tribunales, para revelar plenamente la mano británica en este intento de golpe, que tiene como centro el expediente marrullero del agente del MI6 Christopher Steele, y el hecho de que Obama y sus criminales ayudantes en la conspiración lo adoptaron como instrumento para destruir la presidencia de Trump. 

Esto sucede en la secuela de la visita enormemente exitosa del Presidente a China y de sus conversaciones con el Presidente Putin. Ocurre en el momento en que la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes contempla introducir una demanda de desacato en contra del FNI y del Departamento de Justicia, por negarse a dar a conocer cómo se utilizó el expediente de Steele para instigar la investigación ilegal de la campaña de Trump por parte del FBI. 

Asimismo, en una audiencia que se realizó el jueves 30 de noviembre ante el juez federal de distrito, Richard Leon, éste señaló que la mayor parte de los derechos que reclama Fusion GPS para proteger los registros bancarios de sus pagos relacionados con el expediente de Steele, son espurios. La Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes ha exigido esos registros.

Michael Flynn fue despedido por el Presidente Trump por haber dado un relato falso de sus conversaciones con el embajador Kyslyak de Rusia al vicepresidente Pence, entre otros miembros del gobierno de Trump. La secuencia inmediata de incidentes que condujo a su despido surgió cuando su nombre fue descubierto ilegalmente por funcionarios del gobierno de Obama como resultado de la vigilancia que le tenía la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en sus siglas en inglés) a Flynn. 

Sin embargo, Flynn ya era un blanco de ataque del gobierno de Obama, luego de que fue despedido de su puesto como jefe de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA, en sus siglas en inglés) por haber insultado a Obama, y por haber llamado la atención de los británicos por que Flynn asistió a un banquete para Russia Today y por sus frecuentes declaraciones a favor de colaborar con Rusia en la guerra contra el terrorismo, particularmente en Siria.

Luego de que se conocieran las conversaciones de Flynn con Kislyak –-que habían sido vigiladas por los servicios de inteligencia de Obama—debido a la petición de “desenmascarar” al funcionario que conversaba con el embajador ruso, la subprocuradora general, Sally Yates, que era un residuo del gobierno de Obama, dentro del Departamento de Justicia, fue corriendo a la Casa Blanca para decir que dado que Flynn había mentido sobre sus conversaciones con Kisylak, y dado que los rusos sabían lo que realmente se había conversado, los rusos habían comprometido completamente al Asesor de Seguridad Nacional , es decir, a Flynn, que tenía ese cargo en ese momento. 

La lunática exigencia de yates de que se debía correr a Flynn debido a eso, se filtró a la prensa, y en esta atmósfera de histeria mediática, Flynn aceptó hacer una entrevista con el FBI en la Casa Blanca el 24 de enero de 2017. No estuvo presente ningún abogad. Fue la trampa perfecta. Desde ese momento, Flynn y su hijo han sido investigados por Mueller hasta la muerte, en un intento por inventar algún delito. 

Entre estos delitos que están tratando de inventarle, se encuentra la grotesca fantasía inventada por el ex director de la CIA, el satánico neoconservador James Woolsey, quien pretende que Flynn y compañía estaban conspirando para secuestrar al Fethullah Gulen, y llevárselo a Turquía, por una recompensa de un millón de dólares. Flynn ha incurrido en enormes deudas con los abogados del bufete engreído de Washington, Covington and Burling. La ironía es que el principal abogado de ese bufete, Robert Kelner, se adhirió públicamente al movimiento “Never Trump” (Nunca Trump) y odia al Presidente.

Varios artículos sobre el arregló al que llegó Flynn con Mueller dejan ver Flynn se encontraba sumamente consternado y desalentado ante la perspectiva de que su hijo fuese a prisión y de que su familia cayera en la bancarrota debido a sus enormes deudas judiciales.  (Continuara)