En Italia se han dado pasos muy importantes en el desarrollo de la humanidad. Desde luego que no sólo en ese país se han descubierto aspectos científicos, culturales y políticos trascendentales, pero es indiscutible que la historia de la civilización no se puede explicar sin la participación de los italianos.

La aparición del primer banco moderno fue en Italia y se llamó Banco Medici, en donde se cuidaba el dinero a los europeos ricos nacidos de la corriente mercantilista del siglo XV, que postulaba el atesoramiento de los metales preciosos como el mejor índice de riqueza. Las Cajas de Seguridad -concepto que actualmente sigue siendo válido- fue uno de los inventos de los Medici, esa familia italiana cuyo paso por diversas áreas del hacer humano dejó huella. Giovanni di Bicci de Médici inició esa tradición bancaria familiar que las siguientes generaciones consolidaron. Lorenzo de Médici -llamado El Magnífico- fue un hombre que daba la impresión de llevar una docena de vidas al mismo tiempo. Se trataba de un príncipe florentino que mantuvo a base de negociaciones interminables, la paz y su villa era el sitio en donde se reunían los más grandes hombres de su época. Su diversidad de conocimientos le permitieron hacer cosas inauditas, como por ejemplo, cuando estalló la guerra con Nápoles, Lorenzo entró a la Corte napolitana desarmado y solo, logrando que el Rey de Nápoles retirara sus tropas de Toscana. Fue excomulgado por un papa, pero al siguiente se dice que casi lo hipnotizó convenciendo de levantarle el castigo.

A Lorenzo también le correspondió ser también director del Banco Medici, pero su grado de complicación intelectual le permitió jugar con los elementos bancarios al grado de hacer transacciones tan vastas y enredadas que llevaron a la quiebra a tan afamado Banco. La administración de Lorenzo de Médici ‘El Magnífico’ del Banco Medici fue de 1469 a 1492, y al final entró a administrarlo Pedro II de Médici -de 1492 a 1494-, tan sólo para ganarse el apodo de El Infortunado.