04/May/2024
Editoriales

La Ingrata Gratitud

Usted se considera una mujer u hombre, que alguna vez ha brindado Gratitud. ?  Recordemos que la Gratitud, es la cualidad de ser agradecido, consiste en apreciar los aspectos (no materialistas) de la vida y la voluntad de reconocer que los demás desempeñan un papel en nuestro bienestar emocional. O lo han tachado de ingrato alguna vez? Ya que la Ingratitud, es una forma de desagradecimiento, olvido o desprecio de los beneficios recibidos.

 Mire usted, la Gratitud es una poderosísima herramienta que se puede usar para transformar nuestra existencia en gozo absoluto. Nos ayuda a construir mejores relaciones. Por lo que nos hace  mejores personas. Dentro de la corriente psicoanalítica inglesa, insertada en la postura de relaciones de objeto, Klein (1957) explica la Gratitud como la capacidad de reparar al objeto amado hacia el cual en forma inconsciente se dañó, agredió, o maltrato.

 Se nos ha enseñado desde pequeños, que la Ingratitud es una forma de egoísmo. Que  puede provenir de una mala educación, de una actitud de arrogancia, o un sentimiento de rencor o envidia. Cualquiera que sea su origen, las actitudes ingratas producen cierta frustración o incluso una herida emocional en la persona ofendida. Por lo que me atrevería a preguntarle si alguna vez aprecia lo que es importante para usted, y si lo aprecia, ha dado las gracias por ello?  Lo ha demostrado  con sinceridad. ? Ha mostrado gratitud hacia esa persona benévola, que alguna vez lo trató bien en la vida?  Cuántas veces le ha pasado por la mente que actuó con ingratitud para con su familia o amigos.

  En nuestro querido terruño, que abarca más allá del cerro de la silla. A lo largo de los años, hemos sabido de personajes brillantes, nobles y  generosos con gran vocación de dar y recibir Gratitud. Sin embargo también han recibido la fuerza de la Ingratitud, recordemos el triste episodio de egoísmo  proporcionado por  la Sra. Carmen Arredondo, Esposa del ilustre Doctor, José Eleuterio González (Gonzalitos). A quien abandonó después de cinco años de matrimonio, para tener un romance con el militar potosino y futuro Presidente de la República, Gral. José Mariano Martín Buenaventura Ignacio Nepomuceno García de Arista Nuez. Alias Mariano Arista. Cuando este último era comandante general de la República, en las campañas del norte contra los rebeldes texanos (1842). Algunas fuentes señalan, que tras el rompimiento con el Gral. Arista. Y  éste partiera  al exilio. La Sra. Carmen, intentó reconciliarse con el respetado Dr. Gonzalitos, no obteniendo éxito, suponemos que el Benemérito, al seguir ofendido jamás la perdonó. Al grado de dejar constancia de ello en su testamento. Falleciendo la dama en el año de 1886. Por otra parte, se ha comentado que gran parte de la debacle política y de salud del Gral. Arista, fue precisamente por mantener relaciones ilícitas con su ingrata amante. Ya que eso le generó, duros adversarios conservadores. Que aislaron al Presidente, de las fuerzas productivas, militares, del Clero y de la función pública.

 O que mejor ejemplo de  historia de Gratitud, y reciprocidad, el del respetado empresario y filántropo, Don Eugenio Garza Sada, cuenta la anécdota, que el alumno de la UANL, Rogelio Villarreal Garza, (quien tiempo después, fue funcionario público de primer nivel, diputado y alcalde de San Nicolás de los Garza,) quien a la vez manejaba  el departamento de extensión universitaria, preocupado por la falta de libros para sus compañeros alumnos de escasos recursos económicos, decidió crear una biblioteca llamada del libro alquilado.  Esta consistía en otorgarles  libros a los alumnos a un bajo costo. Sin embargo para tal logro requería mucho apoyo, ya que al hacer cuentas  le faltaban $ 60,000 mil pesos. La Rectoría aprobó el plan, pero no contaba con recursos etiquetados de momento. Sin embargo el Rector, le sugirió que visitara al Gobernador del Estado. Lic. Raúl Rangel Frías, a fin de que le explicara también su idea y lo convenciera de aportar dinero. El Gobernador, vivía a las faldas del Cerro del Obispado. El joven Villarreal Garza, acudió en un auto de baja funcionabilidad.  Con dificultades, no encontraba la calle donde vivía el Lic. Rangel Frías, por lo que su vehículo empezó a fallar y no prendió más. Intentó echarlo a andar y no lo consiguió. En un desvío de miradas, vio a un hombre con apariencia de jardinero haciendo su fecundo trabajo. De repente cuando menos lo esperaba, el jardinero se acercó a ver qué problema tenía el defectuoso carro del joven Villarreal, el jardinero metió mano en la compostura del motor, mientras arreglaba el vehículo, Rogelio Villarreal, desesperado le platicaba que está buscando al Gobernador, para explicarle el motivo de su intención por conseguir dinero para los libros de los alumnos de bajos recursos. El jardinero convertido por un momento en  mecánico, trabajaba y escuchaba el socorro de Rogelio. Pasó un tiempo y el vehículo con ayuda del jardinero prendió de nuevo. El joven Rogelio, agradecido le pagó con un billete de diez pesos, mismos que rechazó Garza Sada, pero ante la insistencia del joven, aceptó no sin antes decirle, que eran para unas cervecitas. Al despedirse ambos, el jardinero le dice a Rogelio, mire a lo mejor en la Cervecería, le pueden ayudar con los $ 60,000 mil pesos. Vaya con el Sr. Ricardo González Quijano,  Rogelio, nunca pudo dar con la casa del Gobernador del estado, así que decidió tomar en cuenta la recomendación de su nuevo amigo jardinero, acudiendo a Cervecería Cuauhtémoc. Solicitando hablar con el referido Sr. González Quijano, fue recibido de inmediato por éste y grata sorpresa se llevó  el insistente Rogelio, al recibir un cheque por 60,000 mil pesos, que requería para seguir con su proyecto de libros a bajo costo. Asombrado el muchacho,  preguntó al portador de la grata noticia quién había autorizado tal cantidad, a lo que el Sr. González Quijano, le respondió que el propio Don Eugenio Garza Sada, le había autorizado esa cantidad de dinero. Comprendiendo Rogelio, que aquel jardinero- mecánico al que le había pagado con $10.00 pesos, para que se tomara unas cervezas, era en realidad Don Eugenio Garza Sada. El empresario.

 Por lo pronto: dejémonos llevar por  el pensamiento de Marcel Proust, novelista y crítico francés, “Seamos agradecidos con las personas que nos hacen felices; ellos son los encantadores jardineros que hacen florecer nuestra alma”.

 

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