02/May/2024
Editoriales

El baile tiene su lugar aparte

Circula en la red un video muy bien logrado de artistas famosos bailando diferentes ritmos en películas célebres. Aparecen desde Sofía Loren, Ryan Gosling, Kate Winslet, Olivia Newton-John, John Travolta, Uma Thurman, Jennifer Garner, y otras estrellas de la pantalla grande, pero nadie como la pareja de baile más famosa de la historia. 

 Hablo desde luego de Fred Astair y Ginger Rogers que debutaron como pareja de baile en películas de los años treinta del siglo pasado.

 Fred bailaba con su hermana en Broadway, mientras Ginger ya había aparecido en 19 películas. Y no fue sino hasta que en 1933, ambos compartieron la escena en la cinta Flying Down to Río, cuando se dio el increíble milagro: Ginger con su característico aplomo y a la vez un dejo de desenfado, combinó de maravilla con el talante sofisticado de Fred, que aportaba la emoción en el baile, mientras Ginger ponía un efecto erótico al baile. Uf.

 Se convirtieron en toda una leyenda cuando aparecieron de nuevo bailando en The gay divorcée, filmada en los estudios MGM. Nunca se besaban en las películas, a pesar de que el público estaba esperando que eso sucediera luego de bailar como infundidos de mucho amor. Pero ya en las últimas películas lo hacían (besarse) con elegancia, sin embargo, el público sentía que ellos se hacían el amor bailando. 

 

 No ha existido otra pareja de baile más aclamada en toda la historia del cine de comedia o de revista. Ginger era el espíritu pragmático y terrenal mientras Fred daba elegancia y gracia de corte europeo. Fueron un verdadero fenómeno hasta 1939, que aquella magia del baile comenzó a desaparecer y de forma amigable cada quien siguió su camino separados. Ambos continuaron sus carreras triunfantes por varias décadas pero nunca lograron igualar lo que construyeron juntos. Fred murió de pulmonía a los 88 años –el 22 de julio de 1987- y Ginger a los 83 –el 25 de abril de 1995- de un congestionamiento cardiaco masivo. Ambos fueron enterrados en el Oakwood Memorial Park, en Chastworth, California. Imagino que desde entonces volvieron a reunirse como pareja de baile y deben estar disfrutando sus enormes actuaciones en las pistas de baile celestes, para deleite de los ángeles y querubines.