24/Apr/2024
Editoriales

La Guerra de las Malvinas

La necesidad de los gobiernos de contar con el apoyo de su pueblo es el origen de muchas insensateces. Uno de los muchos ejemplos es la guerra de Las Malvinas sucedida en 1982, entre Reino Unido y Argentina. Gobernaban sus naciones respectivamente Margaret Thatcher y Leopoldo Fortunato Galtieri. En la Argentina de principios de los años ochenta había muchos problemas económicos y políticos; sobresaliendo una increíble inflación,  pues los precios de los artículos cambiaban dos o más veces en el transcurso de un día. Desde luego que esto empobreció a las clases medias y a los pobres los convirtió en miserables. La violencia creció y el gobierno militar estaba desesperado, hasta que para sostener el que presidía Galtieri, el almirante Jorge Anaya le propuso que recuperaran las Islas Malvinas a la brava, y así, teniendo un enemigo común de todos los argentinos Reino Unido), se unirían en derredor del gobernante todas las clases sociales. Además, los ingleses habían enviado señales de que no les importaban las quejas de los habitantes de esas islas, y por lo mismo había una molestia generalizada con el gobierno de Thatcher. La Junta Militar argentina planeó invadir las Malvinas convencida de que los ingleses no responderían con un ataque militar por diversas causas de política internacional, y así el 2 de abril de 1982 desembarcaron tropas argentinas en ese territorio inglés. De inmediato los argentinos cambiaron la toponimia por versiones gauchas, establecieron como obligatorio el idioma español y cambiaron la circulación vehicular para que se condujera por el lado derecho. Pero a Margaret Thatcher también le urgía elevar sus porcentajes de aprobación entre sus gobernados, así que ipso facto consiguió en la ONU una carta conminando a Argentina de que devolviera lo que no era suyo. Como no hubo respuesta, el 2 de mayo de ese año tronaron los cañones ingleses. El crucero argentino General Belgrano fue hundido por un ataque de un submarino nuclear inglés matando a 323 marinos argentinos. Por cierto, hasta la fecha es el único barco hundido en conflicto por un submarino nuclear. Como era lógico, la guerra fue ganada por Reino Unido, pues además tenía la ayuda de Estados Unidos y de Chile. En total, durante los dos meses de ataques, murieron 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños. Sin embargo, el verdadero resultado de esta guerra, o al menos el resultado que le interesaba a los dos gobiernos, fue que la dictadura militar argentina se cayó y Margaret Thatcher ganó su reelección.