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Hijos de El Chapo se enfrentan con hombres de Rafael Caro Quintero en Sonora

Los homicidios se dispararon en el estado de Sonora, noroeste de México, desde la captura del capo Rafael Caro Quintero, lo que marca un nuevo ciclo sangriento por el control tras la caída de la cabeza de un cartel.

Entre el 15 y el 19 de julio hubo al menos 28 muertos en el estado, según una nota de El Universal del 20 de julio, tras la captura del capo Rafael Caro Quintero. El jefe del antiguo Cartel de Guadalajara y fundador del actual Cartel Caborca, Caro Quintero fue por años uno de los hombres más buscados por Estados Unidos, por el asesinato del agente de la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA) Enrique “Kiki” Camarena, en 1985.

Gran parte de la violencia ocurrió en los alrededores de las poblaciones de Guaymas-Empalme, Cajeme y Caborca, esta última base del nuevo grupo en cuya fundación participó Caro Quintero en 2017.

La violencia no es algo nuevo allí. El Cartel Caborca lleva años repeliendo las incursiones de Los Chapitos, facción del Cartel de Sinaloa asociada con los hijos de Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo". Caro Quintero no fue la única figura importante que cayó recientemente en Sonora. A comienzos de julio, el ejército mexicano aprehendió a Francisco Torres Carranza, alias "Duranguillo", uno de los máximos jefes de Los Chapitos en Sonora, quien fue detenido en una autopista cerca de Caborca.

Esta región de Sonora, oeste de México, es una arteria del narcotráfico pues se asienta a lo largo de una autopista que une a Hermosillo, capital del estado, con la frontera estadounidense, y provee fácil acceso al golfo de California. Los decomisos de cocaína, fentanilo y metanfetaminas son comunes allí.

La desaparición de Caro Quintero parece haber desatado una lucha por su corona y su territorio. Una nota publicada por el diario Excelsior sostenía que José Gil Caro Quintero, alias “El Pelo Chino”, sobrino de Caro Quintero y presunto nuevo líder del Cartel Caborca, es uno de los protagonistas del pico de violencia, y combate a Los Chapitos en ese estado.

La violencia en Sonora parece desplegarse en múltiples frentes e involucra a muchos de los grupos criminales más temidos de México. Pero hay consenso en que la situación se tornará mucho más dura para el Cartel Caborca.

En primer lugar, la violencia entre Los Chapitos y el Cartel Caborca no hará más que empeorar con la captura de Caro Quintero. En la semana previa a su detención, se registraron 20 homicidios en Sonora. En solo cinco días después de su captura, el total llegó a 28, según El Universal.

Aunque la detención de Carranza puede haber sido un golpe para Los Chapitos en Sonora, no cabe duda de que el grupo puede superar en hombres, armas y gasto al Cartel Caborca, favorecido por su base de poder más amplia.

En segundo lugar, la desaparición de Caro Quintero puede dejar al Cartel Caborca expuesto, al verse despojados de su protección oficial. “Gran parte de los contactos en la policía, los círculos de protección con los que podía contar el Cartel Caborca tenían vínculo directo con Caro Quintero. Tendremos que ver cuántos de esos jefes locales y comandantes regionales de la policía se mantienen leales o cambian de bando [para Los Chapitos]", según comentó el analista mexicano de seguridad, David Saucedo, en su columna de El Universal.

En tercer lugar, la lista de aliados del Cartel Caborca puede acortarse. Como informó InSight Crime en enero pasado, el Cartel Caborca contaba con el apoyo de grupos como La Línea y remanentes de la Organización Beltrán Leyva (BLO) para enfrentar al Cartel de Sinaloa. Según El Universal, Caro Quintero puede haber recurrido incluso al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en busca de apoyo. Esos grupos podrían haber estado muy satisfechos de ayudar al Cartel Caborca a cambio de sus servicios de almacenamiento o transporte de drogas por su territorio para esos otros grupos.

Ahora, con Caro Quintero fuera del ruedo, los aliados de antes pueden pasar a ser competidores.