02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Mayo 21 de 1911: se firma en la aduana de Ciudad Juárez, un Pacto mediante el cual Porfirio Díaz renuncia a su cargo de presidente de México. El camino quedaba pavimentado para que Francisco I. Madero llegara a la primera magistratura del país, y comenzara una nueva y difícil etapa nacional, con trágicos acontecimientos históricos. 

Mayo 21 de 1920: muere asesinado en Tlaxcalantongo, Puebla, el presidente Venustiano Carranza, el Varón de Cuatro Ciénegas. Don Venustiano fue un líder nacional importante que, a la muerte de Madero, convocó al Plan de Guadalupe levantándose en armas en contra del presidente usurpador Victoriano Huerta, conformando el llamado Ejército Constitucionalista. Se inició la segunda etapa de la Revolución Mexicana ya erigido Carranza como el Primer Jefe del triunfante Constitucionalismo, al celebrarse en Aguascalientes una Convención en la cual se decantaron dos grupos, el de Carranza y el de Villa y Zapata, quienes nombraron presidente de la República a Eulalio Gutiérrez.

Carranza marchó a Veracruz y apoyado por el Grupo Sonora con los caudillos Obregón, Calles y De la Huerta, consiguió convocar en Querétaro a un Congreso Constituyente que dio el 5 de febrero de 1917 la actual Constitución General de la República. Carranza se erigió como Presidente Constitucional desde 1917 hasta 1920, pero al término del año 1919 quiso imponer a un civil -el ingeniero Bonillas- como su sucesor, y el Grupo Sonora se le volteó, estallando otra guerra civil.

Venustiano tuvo que salir de la Ciudad de México, y en el camino a Veracruz, en el pueblo de Tlaxcalantongo, de la sierra de Puebla, fue sorprendido la madrugada del día 21 de mayo de 1920, acribillado y muerto por los jenízaros de Herrero, un seguidor del Grupo Sonora. Adolfo de la Huerta quedó de presidente interino, para convocar a elecciones que ganó Álvaro Obregón. Hay varias versiones de quiénes formaron parte del complot para el magnicidio, mencionando a diversos personajes que después fueron Presidentes de la República, pero sigue siendo un misterio, tal como lo son casi todos los magnicidios en el mundo.