En el  famoso Barrio de la Boca, por el riachuelo, hay una calle, o como dirían los argentinos, “una callecita” en donde se inspiró Juan de Dios Filiberto para componer su tango “Caminito”. En este lugar poco limpio y con sabor italiano, se agrupan una serie de restaurantes y cantinas a donde suelen asistir personajes sentimentales y bohemios.

 Hablar de Buenos Aires es hablar de cultura, melancolía, recuerdos y buena comida, donde se respira tango y bohemia, “lugar donde se puede estacionar el corazón a toda hora”, donde todavía se recuerda a  Rubén Darío y por donde caminó Carlos Gardel , todavía se escuchan sus remotos tangos y se conservan algunos sitios por él frecuentados.

 San Telmo es un barrio típico al sur de Buenos Aires ,  llamado antiguamente “Alto de San Pedro”, aquí en 1536 , Pedro de Mendoza realiza la primera fundación de la ciudad . Posteriormente, en 1580, Juan de Garay lo hace al norte . Pero volviendo a San Telmo, entre farolas antiguas y niebla de abril, llegamos a las calles de Independencia y Balcarce, lugar donde nació el tango. Allí el desaparecido Edmundo Rivero, cantante de tangos, fundó “ El Viejo Almacén” donde van “los que tienen perdida la fe”. Por este escenario desfilaron figuras  como Roberto Goyeneche , Aníbal Troilo, “el bandoneón mayor”, Astor Piazzolla y Alberto Podesta, entre otros.

 La noche de sábado, Buenos Aires no descansa , partiendo del Obelisco, podemos recorrer viejas calles como Florida, Córdoba, Lavalle y Corrientes. En esta última, en el número 348, fue el lugar de inspiración de Carlos César Lenozi (letra) y Eduardo Donato (música) para componer el tango “a media luz”. Muy cerca,  el Gran Teatro Colón, orgullo de la cultura argentina, inaugurado el 25 de mayo de 1908 y una de las salas de Ópera más importantes del mundo, al nivel de la Scala de Milán, la Ópera de Paris, la Ópera de Viena y el Metropolitan de Nueva York.

 Recientemente se ha puesto de moda El barrio de Puerto Madero ubicado frente al riachuelo, el Río de la Plata y la Dársena Sur. Era un lugar abandonado y sucio , donde recalaban gentes de baja estofa, limita con los barrios de San Telmo al oeste y  El Retiro al noroeste. A partir de 2010 tomó un auge impresionante dando lugar a hoteles elegantes, los mejores restaurantes, departamentos de alta plusvalía y donde desde sus muelles salen yates de recreo a Punta del Este y Montevideo, Uruguay.

 Sin embargo, para las mentes nostálgicas y bohemias, seguiremos  recordando los tradicionales sitios de reunión de artistas e intelectuales, a escuchar historias dramáticas de la dictadura o hablar 5 horas seguidas de fútbol; seguiremos frecuentando la cantina “a los amigos” de Villa Crespo, La Tranquera cerca del Monumental de River, el Club del Progreso, o el Hispano en Salta y Rivadavia, lugares antiguos tradicionales donde el comer, disfrutar y recordar historias es una constante.

 En suma, decir Buenos Aires, es escuchar los sollozos del bandoneón que ilumina con el “fuelle” las penumbras de la noche, es recordar la calle de Necochea en el Barrio de la Boca con sus tabernas innobles, es revivir al polaco Roberto Goyeneche cantando su “Malena” o escuchar a Carlos Gardel “Mi Buenos Aires querido cuando te volveré a ver” o sentir un nudo en el corazón a los que la van dejando.