26/Apr/2024
Editoriales

La Tortura

En los años setenta del siglo pasado, la Operación Cóndor estaba en la cúspide de popularidad. Pocos sabían de qué se trataba, pero el sólo hecho de que Henry Kissinger, quien cobraba como secretario de Estado norteamericano, era quien la vendía a todo el mundo como la solución para extirpar a la izquierda y a los izquierdistas en América del Sur, la aceptaban quienes estaban en el nivel de toma de decisiones.

Pero la tortura, por su parte, era y es una práctica ilegal e inmoral que destruye fortalezas interiores de las víctimas, fue lugar común en aquellos tiempos como parte de la famosa operación Cóndor. En todo el continente americano, sobre todo en el hemisferio sur abundaban los casos de torturados. Era escandaloso el número de incidencias de esta violación a los derechos humanos que costaron muchas vidas de sudamericanos. Por aquellas fechas, el filósofo uruguayo nacionalizado argentino Eduardo Galeano decía que en una barda alguien escribió la siguiente frase: “Ayude a la policía: Tortúrese”. Dudo que alguien, aparte de mi compadre Pepe quien se auto flagela por cualquier cosa que considera haber realizado equivocadamente, le haya hecho caso.