26/Apr/2024
Nacional

En desacuerdo grupo parlamentario del PRI sobre Ley de la Industria Eléctrica

Ciudad de México.- Intervención de la senadora por el Partido Revolucionario Institucional, Beatriz Paredes Rangel, durante los posicionamientos de los grupos parlamentarios, respecto del proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley de la Industria Eléctrica. Sesión Ordinaria vespertina, en modalidad a distancia.

 

Buenas tardes señor presidente.

 

Compañeras de la Mesa Directiva, compañeros, agradeciéndoles su trabajo y su esfuerzo para darle continuidad al proceso legislativo del país.

 

Deseo en primer lugar, dejar constancia del desacuerdo del grupo parlamentario del PRI por el desaseo en el procedimiento parlamentario con el que se procesó este dictamen.

 

Fue grave la negativa de la mayoría de llevar a cabo un Parlamento Abierto, es paradójico que tratándose de un asunto sobre un tema estratégico para el desarrollo nacional, no haya disposición para escuchar opiniones diversas, y en cambio, para otros temas, incluso se force una consulta popular.

 

Es grave la precipitación con la que se votó el dictamen en comisiones, sin atender el mandato del procedimiento establecido en el artículo 149 del reglamento, aduciendo un acuerdo entre Comisiones, que no se consensó, actuando unilateralmente, para que el debate no se diera y el tiempo en el que pudieran manifestarse los legisladores fuese mínimo.

 

Es triste el papel en el que se coloca al Poder Legislativo.

 

No es extraño que la mayoría tenga todo el derecho para ejercer sus potestades, por eso hubiera sido deseable que el procedimiento fluyera de manera normal, que en las comisiones se discutiera a profundidad y que la presentación del primer dictamen fuese en una Sesión y la del segundo dictamen en otra Sesión.

 

Este Poder Legislativo subsumido a la voluntad del Ejecutivo, nos recuerda los momentos que se pretendieron transformar de cuando regía un partido hegemónico y no habíamos avanzado en la transición democrática.

 

Parto de la base de que quienes participamos en el Senado, independientemente de nuestra adscripción política, tenemos un compromiso con el país, podemos tener distintas visiones de cómo desarrollar a México, pero me niego a creer que alguno desee el deterioro de la patria.

 

Por eso, es esencial profundizar en el debate, y desbrozar la verdadera intencionalidad del legislador.

 

Por eso, rechazo categóricamente las descalificaciones que estigmatizan y que acusan de antipatriotas a quienes no coinciden con una sola visión.

 

El pensamiento único es por su naturaleza, antidemocrático, y la historia ha demostrado en muchas latitudes que ha sido gravísimo para algunas sociedades nacionales.

 

El debate de fondo es, si en un país de alrededor de 130 millones de habitantes en la segunda década del Siglo XXI, inmerso en un sistema capitalista de libre mercado, se puede reproducir en la posición geopolítica de México, un modelo con mayor estatismo, en lugar de un modelo con una rectoría del Estado basado en la normalidad democrática y concorde con el libre mercado en el que el sistema económico de México se encuentra.

 

No es que me guste, no es necesariamente que lo comparta, es que no podemos tener una conducta contradictoria que lleva a este Senado a aprobar y a buscar los acuerdos para que salga adelante el T-MEC, y meses después lleva a este Senado a aprobar una legislación violatoria del T-MEC.

 

No podemos tener una visión contradictoria que exhorta la posibilidad de que haya mayores inversiones para que generemos más empleos, el empleo que es esencial para atender las demandas de los jóvenes y de la sociedad mexicana, y al mismo tiempo tomemos decisiones que dificultan las ventajas para que nuestro país sea un espacio en donde las empresas puedan tener condiciones de competitividad.

 

En todos los procesos productivos, comerciales y de servicios, la energía eléctrica juega un papel fundamental, la energía debe ser confiable, esto quiere decir, debe haber la certeza de su suministro y de bajo costo para ser competitiva.

 

En las estructuras de costos de los procesos productivos, el costo de la energía representa en promedio el 40 por ciento, por eso se vuelve sustantivo contar con ella de manera permanente y en las mejores condiciones de costo.

 

En 2019, la industria grande, mediana, comercial, la industria pequeña, los servicios y las producciones agrícolas, representaron el mayor bloque de consumidores de electricidad, siendo un 75.3 por ciento.

 

La eliminación de la competencia en generación y comercialización, preocupa, ya que el costo de generar energía actualmente por la Comisión Federal de Electricidad, es de 1.79 kilowatts hora en pesos, y los productores externos tienen un costo de 082 kilowatts hora en pesos.

 

Esto permite suponer que el costo de la energía en México, en el mejor de los casos se mantendrá, pero todo indica que tendrá un alza considerable en los próximos años o será subsidiada por recursos públicos.

 

Ese es otro de los elementos verdaderos de la discusión, fortalecer a la CFE, no importa el monto de recursos públicos que se tengan que destinar, no importa el que se tenga que subsanar ineficiencias, no importa que se tenga que congelar la posibilidad de competencia, es la idea retrotraernos al fortalecimiento de empresas del Estado subordinando el conjunto del presupuesto para consolidar su presencia, aunque sea artificialmente.

 

México y la planta productiva instalada en nuestro país se encuentran inmersos en el proceso de globalización más intenso a nivel mundial.

 

Nuestro país ha firmado 12 tratados de libre comercio con más de 50 países; 32 acuerdos para la promoción y protección recíproca de las inversiones, y 9 acuerdos de alcance limitado.

 

Por esa razón, los productos mexicanos entran a los mercados internacionales sin tarifas extras y por lo mismo, los costos de producción se comparan constantemente, ya que en una relación comercial lo que priva es el precio de venta y de compra.

 

Un alza en uno de los elementos fundamentales como es la energía eléctrica, afectará a la totalidad de la planta productiva, en algunos casos sacando al producto del mercado, puesto que si no hay competitividad es imposible sostener las ventas, y si no hay ventas, cierras y dejas sin empleo a centenares o a miles de mexicanos.

 

Compañeras y compañeros legisladores, qué grato hubiera sido poder discutir a profundidad, nadie puede negarse a fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad, pero tampoco nadie puede admitir que sea razonable poner en riesgo el proyecto de la modernización productiva y de la captación de inversiones, solo por fortalecer a la CFE.

 

Habría que tener la habilidad para encontrar soluciones compatibles.

 

Habría que tener la sensatez de no tener una política contradictoria que estimula que seamos socios comerciales de la región del mundo que tiene un proceso de modernización mucho más complejo, y al mismo tiempo pretendamos una utopía autosuficiente y bucólica.

 

Volvamos a la realidad, todos queremos tarifas eléctricas al consumo domiciliario las más baratas posibles, pero también todos queremos que se sostengan los empleos en el país y que se generen aún más empleos.

 

Sumándome a los argumentos del voto particular que expresó la senadora Ruiz Massieu, votaré en contra de este dictamen.

 

Muchas gracias.