Don Panchito Garza pasaba, en uno de sus tantos viajes, por una lejana villa donde se sorprendió que toda la gente comía, bailaba y bebía alegremente.
_¡Qué maravilla de pueblo, dijo don Panchito, en mi pueblo la gente está cerca de morirse de hambre.
_Bueno, si hemos de ser sinceros, aquí sucede lo mismo, contestó uno que le había escuchado, pero hoy es día de fiesta.
Cada habitante del pueblo ahorra y prepara cosas para el festejo, a eso se debe este ambiente.
Don Panchito se quedó pensativo y contestó con la seriedad que acostumbra:
_Este es un gran ejemplo que deberíamos seguir todos. Hay que decretar que todos los días haya una fecha festiva y por consecuencia, todo mundo disfrutará de comida, bebida y música.