Abril 11 de 1936: Nace en Monterrey Ario Garza Mercado, quien sería abogado, bibliotecario y poeta. Su vida estuvo marcada por el talento que compartía con su familia, siendo hijo de un destacado abogado y probo funcionario, así como de una madre muy culta y, por si fuera poco, dos de sus hermanos fueron profesionistas exitosos y geniales: Román, un médico neurólogo brillante, y Francisco Garza Mercado, un ingeniero civil estructurista que calculó las estructuras más audaces del estado.
Ario estudió leyes en la Universidad de Nuevo León, generación 1951 – 1957 y después estudió para bibliotecario recibiéndose en 1965 en la Universidad de Texas.
Su preparación académica fue muy sólida, pues también estudió en el Instituto de Técnicas de documentación en París.
Organizó las bibliotecas de la Universidad de Nuevo León siendo jefe de la biblioteca ‘Consuelo Meyer’ de la facultad de Economía.
Ario fue muy buen catedrático, daba clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, así como en el Colegio de México -Centro de Estudios Internacionales-, en el ITAM, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
En Sudamérica tuvo muy buen prestigio, pues impartió cátedra en la Escuela de Bibliotecología de Medellín, Colombia.
Entre sus cargos más destacados está la dirección de la biblioteca Daniel Cossío Villegas de Colmex, a lo largo de tres décadas, y miembro del Sistema Nacional de Investigadores. También fue presidente de la AMBAC, por sus siglas, la Asociación Mexicana de Bibliotecarios de México, y ocupó el mismo puesto en la Asociación de Bibliotecarios de Instituciones de Educación Superior.
Ario Garza Mercado murió a los 74 años en Ciudad de México en enero de 2011, dejando una trayectoria envidiable, con reconocimientos a diestra y siniestra.
Escribió una docena de libros, siendo los más importantes ‘Las Bibliotecas de la Universidad Autónoma de Nuevo León’, ‘Enseñanza Bibliotecológica’, y ‘Manual de Técnicas de Investigación’, texto que ha formado a muchas generaciones de bibliotecarios; y ‘Función de la biblioteca universitaria’, así como un libro de nueve poemas.
