Ayer en la tarde, el Presidente Obama anunció que Estados Unidos expulsaría a 35 "operativos de inteligencia" de Rusia (personal diplomático), cerraría dos complejos rusos en EU e impondría sanciones económicas, censura diplomática, y los denunciaría "por nombres y apellidos" públicamente, en represalia por el supuesto hackeo ruso dirigido a influir en las elecciones presidenciales en EU. Según los informes de prensa, las sanciones consisten en una ampliación de la orden ejecutiva 2015 que le permite a Obama castigar a quienes intervengan en ataques cibernéticos contra EU. El Departamento del Tesoro permitirá el congelamiento de los activos de quienes hayan dañado digitalmente infraestructura crítica para EU, el FBI y el Departamento de Seguridad Interna también daría a conocer un informe el jueves en donde supuestamente detallaría cómo ocurrió el hackeo ruso.
La respuesta fue inmediata. El vocero del Presidente Vladimir Putin, Dmitry Peskov, dijo que las nuevas sanciones son un ejemplo de la "política exterior agresiva" e "impredecible" del Presidente Obama, según informó Associated Press. Asimismo, señaló que esas medidas tienen el objetivo de tratar de "asestarle un golpe a los planes de política exterior" del Presidente electo Donald Trump. "Dichas medidas del gobierno de EU, que toma a tres semanas de dejar el cargo tienen como blanco dos cosas: dañar aún más las relaciones ruso-estadounidenses, que ya están al nivel tan bajo que están, así como también, obviamente, asestarle un golpe a los planes de política exterior" del Presidente entrante.
Konstantin Kosachyov presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara Alta del Parlamento ruso dijo que la decisión del jueves de Washington de expulsar a 35 diplomáticos rusos representa "los estertores de muerte de un cadáver político" según cita la agencia de noticias RIA.