Editoriales

La vida puede dar vuelcos sin límite

Los Beatles comenzaron a sentir que estaban listos para cualquier presentación el 9 de marzo de 1963.  Ese día iniciaban su segunda gira por todo el Reino Unido con un primer concierto en el Granada Cinema de Londres, la gran capital.

Este grupo de Liverpool ya empezaba a conocer la fama, pero estaba programado para ser los “teloneros” pues las estrellas eran Tommy Roe y Chris Montez, quien era la nueva voz que sustituía a Richie Valens, el mítico forjador del rock chicano, quien había muerto en un sonado accidente de aviación.

Por tanto, el orden del concierto era que los teloneros empezaban la función para calentar el ambiente, como es lo acostumbrado, así que abrían Los Beatles y terminaban como actuación principal Tommy Roe y Chris Montez. Así se hizo, pero ese orden sólo duró la primera noche, pues el público se volcó con los jóvenes Beatles de Liverpool y para la siguiente noche, el cartel estaba en otra forma: Los Beatles eran la atracción principal, por lo que las estrellas consagradas iban de teloneros. Así es la vida.