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Revolución negra en los premios Oscar

NUEVA YORK - El filme "Judas and The Black Messiah", de Shaka King, además de no bajar la guardia durante sus 120 minutos, posee una muy actual carga revolucionaria, en un país como Estados Unidos donde el racismo es todavía una herida abierta.

A esto se suma la denuncia documentada del trabajo "sucio" realizado por el FBI contra los Panteras Negras en los años sesenta, un guión creíble y la extraordinaria actuación de todos los actores, comenzando por Lakeith Stanfield.

La película rescata la verdadera historia de Fred Hampton, activista socialista revolucionario, presidente de la sección de Illinois del Partido de los Panteras Negras en Chicago y vicepresidente a nivel nacional, asesinado a los 21 años en un enfrentamiento con la policía.

El film, que se verá en premier digital desde el 9 de abril a través de Warner Bros Home Entertainment, parece una máquina perfecta para ganar en los Oscar, especialmente en esta época de inclusión: se trata de una obra producida, dirigida, escrita y actuada por afroamericanos.

"Judas and The Black Messiah" (Judas y el Mesías Negro), candidata a seis estatuillas -Mejor Película, Mejores Actores de Reparto para Daniel Kaluuya y Lakeith Stanfield; Mejor Guión Original; Fotografía y Canción-, se condice por completo con una frase repetida a lo largo de la película: "La revolución es la única solución".

El filme está ambientado en 1968, cuando William O'Neal (Stanfield), un joven ladrón muy inteligente que ama los automóviles, tras un robo que termina mal se convierte en informante del FBI para evitar la cárcel.

Su misión es infiltrarse en el partido de los Panteras Negras de Illinois y vigilar a su carismático líder, el joven presidente Fred Hampton (Kaluuya). Dirigido por el agente especial Roy Mitchell (Jesse Plemons, el inolvidable carnicero de "Fargo"), O'Neal logra controlar la situación y ganar la confianza del carismático Hampton, un gran orador, pero también un excelente político capaz de hacer alianzas con diversos grupos criminales negros, y no solo, para ampliar su consentimiento y poder.

Se alió, entre otros, con The Crowns, los Young Patriots, los Young Lores y los extremistas blancos, los llamados campesinos sureños.

De hecho, O'Neal seguirá, paso a paso, el ascenso político de Hampton, su arresto espurio, encarcelamiento, así como su enamoramiento de su compañera revolucionaria, Deborah Johnson (Dominique Fishback), y nunca decepcionará al el poderoso director del FBI J. Edgar Hoover (Martin Sheen), profundamente motivado para reprimir el fenómeno de los Panteras Negras, que aterrorizó a los estadounidenses.

Inspirada en hechos reales, la película quizás tenga su clave de lectura en el muy acertado título. Porque todos, viéndola, se preguntan cómo el infiltrado-Judas puede ser realmente inmune al encanto del revolucionario-Jesús O'Neil.

Y por eso, se espera que, en cualquier momento, el joven ladrón vuelva al camino correcto y deje de espiar. Sin embargo, esto no sucede, al punto que Hampton muere durante una redada organizada por el FBI gracias a su cooperación.

Pero el paralelismo entre O'Neal y Judas Iscariote no termina aquí. El film comienza y termina con las imágenes de un documental de PBS de 1989 sobre derechos civiles titulado "Eyes on the Prize II: American at the Racial Crossroads 1965-1985".

En la cinta está el testimonio del verdadero William OïNeal, que defiende su rol de espía argumentando que se ensució las manos sin ser un intelectual de salón, acorde al escenario de aquel momento. Esta posición, sin embargo, no se condice con el hecho de que después de la emisión del documental O'Neal murió atropellado por un automóvil. Para muchos, pero no para la esposa, se trató de un suicidio como el de Judas. Algo que nunca se aclaró realmente.

Como sea, la película "vuela" en el sitio de Rotten Tomatoes y gana cada vez más consenso, tanto de la crítica (96%) como del público (95%).

Y muchos repiten una frase de este verdadero film de trinchera, a esta altura, de culto: "Puedes matar a un revolucionario, pero no a la revolución".