CIUDAD DE MEXICO - Una nueva masacre en el estado sureño de Michoacán, en los límites con el de Jalisco, donde murieron seis adolescentes y 5 adultos en un enfrentamiento, fue una nueva demostración de que a 15 años de iniciar el gobierno la "guerra anticrimen", la espiral de violencia no cede. El episodio ocurrió en la localidad de Tarecuato, en el municipio de Tangamandapio, una zona de alta volatilidad donde se escenifica una lucha por dominar el territorio entre diversas organizaciones criminales, entre ellas el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En esta área apenas en agosto último murieron un militar y 6 civiles en un enfrentamiento entre una banda delincuencial y militares. La matanza ocurrió cuando están a punto de cumplirse 15 años desde que el gobierno del entonces presidente Felipe Calderón lanzó su fallida cruzada contra los llamados "cárteles", que ha sembrado de cruces amplias zonas de México, dejando hasta ahora al menos 335.0000 muertos y 93.000 desaparecidos. La ministra de Seguridad Pública y Protección Ciudadana Rosa Icela Rodríguez reportó hoy una baja de 63% en los feminicidios, aunque un aumento de 29% en los abusos sexuales, durante el mes de septiembre, la caída más grande en las muertes de mujeres desde que inició el gobierno en diciembre de 2018. Otro segmento que cayó fue el de la violencia familiar, que contabilizó una baja de 12,9% comprado con mayo pasado, cuando se registró un máximo histórico.
Sin embargo, la mala noticia es que los homicidios intencionales siguen su alocada tendencia ascendente. Septiembre pasado, por ejemplo, fue el mes más violento de este año considerando sólo los homicidios (80 por día), según fuentes oficiales. El noveno mes del año cerró con 2.405 casos de homicidio intencional, una caída de apenas el 0,3% respecto a agosto (2.414). Solo el último día de septiembre se informó de 67 asesinatos en el país, con la mayoría de casos concentrados en la zona centro y norte del país, especialmente los estados de Zacatecas, México, Chihuahua, Guanajuato y Sinaloa. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó la semana pasada cifras de mortalidad del 2020, en los que se dio a conocer la muerte de 1,1 millones de personas en México, de las cuales un tercio (338.959) correspondieron a la pandemia de Covid-19, en forma directa o indirecta.
Sin embargo, lo más trágico a juicio de los analistas es que, en 2020, por tercer año consecutivo, México contabilizó más de 36.000 homicidios, lo que equivale a más de un centenar por día y significa que cada 14 minutos una persona pierde la vida en forma violenta. Las agresiones fueron, la octava causa más frecuente de muerte en el país, en términos generales, de acuerdo con el reporte, pero entre los hombres, se ubicó en el sexto lugar y entre los jóvenes de la franja de los 15 a los 34 años en el primero.
Esta es "una de las claves de la persistencia de la violencia homicida. Las víctimas tienden a pertenecer a sectores poblacionales con poca visibilidad mediática y limitado peso político", afirmó el experto en seguridad Alejandro Hope. Al analizar en detalle los datos del balance del INEGI, Hope señaló que el perfil de las personas que son víctimas habituales de asesinato son personas jóvenes (55% menores de 35 años) con baja escolaridad (sólo 8% tenían estudios universitarios) y representantes de la clase trabajadora (dos tercios). "En resumen, una víctima de homicidio tiende a ser un hombre joven, habitante de zona urbana, con baja escolaridad y con pobres perspectivas laborales.
Salvo excepciones, este no es un delito que afecte mayormente a las clases medias. No produce voceros altamente mediáticos", subrayó. La tasa de homicidios en México el año pasado ascendió a 29 por cada 100.000 habitantes, según el informe. Para Hope, lo más preocupante es que las personas que mueren violentamente son objeto de "estigmatización social" y "quedan borradas de la conciencia colectiva. "Son los muertos para los que nadie pide justicia. Son los muertos que no vemos y no queremos ver", dijo Hope, al reprochar al gobierno por la carencia de una "estrategia nacional de reducción de homicidios" por lo que desde hace casi 4 años hay 100 asesinados por día, y "la masacre sigue sin freno".
