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Familias mexicanas sobreviven a cambios sociodemográficos

México - Las familias mexicanas experimentan cambios en sus condiciones sociodemográficas, sin embargo, esta forma de organización continúa siendo la principal de la población, señaló el INEGI en el marco de la celebración del "Dí­a de la Familia" este 6 de marzo.

Detalla que el primer domingo de marzo de cada año se lleva a cabo dicha celebración, fecha que se conmemora desde 2006 cada primer domingo de marzo.

Abunda que el hogar representa una pequeña colectividad social en donde sus integrantes comparten una identidad común sustentada generalmente en el parentesco y cierto sentido de solidaridad, derivado de una residencia y una economí­a en común.

Por otro lado, de acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado, pues constituye el grupo social elemental en el que la mayorí­a de la población se organiza para satisfacer las necesidades más esenciales.

En cuanto a los cambios que han experimentado las familias mexicanas, explica que las condiciones sociodemográficas vinculadas principalmente con patrones de crecimiento económico, alza de la fuerza de trabajo asalariada, migración del campo a la ciudad y la consiguiente expansión de las principales ciudades del paí­s han influido en la dinámica familiar.

A ello se suma el comportamiento de la fecundidad, la mortalidad y la migración interna e internacional, una mayor inserción en el mercado laboral de las mujeres, variaciones en las tendencias de la nupcialidad y disolución conyugal, entre otros, que han cambiado y permitido la evolución en la composición y estructura de la familia.

El INEGI precisa que pese a los cambios sucedidos, la convivencia en hogares de tipo familiar se mantiene como la forma de organización predominante de la población.

Refiere que de acuerdo con información de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2014, el 96.8 por ciento de la población habita en hogares familiares, es decir, en grupos donde los miembros tienen alguna relación de parentesco con el jefe del hogar.

Por otro lado, 2.7 por ciento de la población permanece sola y 0.5 por ciento reside en la misma vivienda con otras personas sin mediar una relación de parentesco.

En la composición de los hogares familiares en México, destaca como principal forma de organización la del jefe, cónyuge y los hijos con 62.8 por ciento, seguida por los hogares constituidos por uno de los padres y sus hijos, con 20.1 por ciento.

Hasta 2014, los hogares nucleares (que se componen usualmente del jefe, su cónyuge y/o sus hijos, un jefe con sus hijos o pareja sin hijos) tienen en promedio 3.6 integrantes y los extensos (que se integran por un hogar nuclear al que se han agregado otros parientes o no parientes) 5.2 miembros.

Asimismo, los hogares nucleares presentan una mayor proporción de menores de 15 años (29.1 por ciento) respecto a los hogares extensos (26.9 por ciento); mientras que los hogares extensos tienen una mayor proporción de adultos de 60 y más años (12.3 por ciento) que los nucleares (8.7 por ciento).

De esta manera, los hogares nucleares presentan una similar proporción de hombres (49.7 por ciento) y mujeres (50.3 por ciento), y los extensos tienen mayor presencia de mujeres (53.8 por ciento) que de hombres (46.2 por ciento).

El INEGI abunda que los cambios en la estructura demográfica del paí­s han derivado en un mayor número de personas en edades productivas y reproductivas, por consiguiente, el número de hogares se ha elevado en los últimos 25 años, al pasar de 16.2 millones, en 1990, a 32.3 millones en 2014.

De acuerdo con la información de la Enadid 2014, el tamaño promedio de los hogares familiares es de 4.0 integrantes, mientras que en 1990 fue de 4.9 personas por hogar.

En tanto, 73.6 por ciento de las familias tiene como jefe a un varón y 26.4 por ciento a una mujer, lo que sugiere que en México los hogares encabezados por una mujer continúa al alza, pues pasó de 17.3 por ciento, en 1990, a 26.4 por ciento en 2014.

Tener una mujer como jefa del hogar se relaciona en la mayor parte de los casos con la ausencia del cónyuge, en mayor proporción por viudez (30.7 por ciento), seguida de la separación (21.7 por ciento).

Asimismo, la solterí­a (16.5 por ciento) y el divorcio (7.4 por ciento), toda vez que nueve de cada 10 jefes está unido y sólo 24 por ciento de las jefas del hogar se encuentra en dicha situación.

En cuanto al tamaño de localidad, el INEGI observa que es en ámbitos más urbanizados donde se concentra más de la mitad de las mujeres que son jefas de hogar (54.5 por ciento), siendo este porcentaje mayor incluso que el de los jefes varones (48 por ciento).

En México se declaró Dí­a Nacional de la Familia el primer domingo de marzo por un decreto presidencial publicado en 2006.